9 de cada 10 pacientes podrían sobrevivir si detectan precozmente la enfermedad. El cambio de conductas y estilos de vida son fundamentales para la prevención de esta patología.
En Chile, 9 personas mueren al día por cáncer colorrectal, enfermedad que se ha posicionado como el segundo tipo de cáncer más frecuente en hombres y mujeres, con más de 6.700 nuevos diagnósticos, según las proyecciones 2022 del Observatorio Global del Cáncer (Globocan).
La enfermedad -que se puede prevenir y curar cuando es diagnosticada tempranamente- además representa la segunda causa de muerte por cáncer en nuestro país y ha registrado un incremento del 45% en el número de muertes durante la última década, con más de 28.800 fallecidos, de acuerdo con datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS).
El cáncer colorrectal se origina cuando las células sanas de las paredes internas del colon (intestino grueso) o del recto (canal que une la parte final del intestino grueso con el ano) cambian y comienzan a crecer sin control. Pese a su alta incidencia y mortalidad se trata de una enfermedad que se puede prevenir, diagnosticar precozmente y curar en 9 de cada 10 casos cuando es detectada en etapas tempranas.
De ahí la necesidad de seguir avanzando en materia de educación y concientización a la comunidad. En este sentido, Fundación Arturo López Pérez (FALP), centro oncológico de referencia y única institución de salud en Chile acreditada por la Organización de Institutos Europeos del Cáncer (OECI), está desarrollando su campaña “Mantén tu camino libre”. Esta busca fomentar una cultura de autocuidado en las comunidades, a través de la entrega de información que permita identificar los factores de riesgo y promover conductas más responsables en el cuidado de salud de las personas.
Así lo explica la Dra. Macarena Larraín, gastroenteróloga de Fundación Arturo López Pérez (FALP): “Si queremos ver cambios en materia de incidencia, necesitamos seguir avanzando en la implementación de políticas públicas orientadas a generar modificaciones en los estilos de vida asociados a la obesidad, consumo de carnes procesadas y rojas, tabaquismo, consumo de alcohol y sedentarismo. Desde la vereda clínica también tenemos que fomentar la detección temprana, de la mano de exámenes como el test de hemorragias ocultas en deposiciones y la colonoscopía desde los 45 años”.
Realidad local
Tal como sucede a nivel país, el cáncer colorrectal ha tenido un fuerte impacto en regiones durante la última década (2014-2023). De hecho, la región de Valparaíso registró un incremento superior al 60% en el número de muertes, con más de 3.600 decesos. Las comunas más afectadas fueron Viña del Mar con el 20% de los fallecimientos, Valparaíso con el 18%, Quilpué con el 10%, Villa Alemana con el 7%, y San Antonio y Quillota con el 5%, respectivamente.
Respecto del rango etario más aquejado, el 56% de las muertes se registró en personas entre los 70 y 89 años, seguido por un 30% de pacientes entre los 50 y 69 años.
La Dra. Larraín comenta que, dentro de los aspectos que pueden explicar el aumento en los fallecimientos, “se encuentra el envejecimiento de la población -ya que a mayor edad mayor riesgo-, conductas poco saludables en alimentación, consumo de alcohol, tabaco, sedentarismo y, por último, el impacto de la pandemia de COVID-19 que produjo un importante retraso en diagnósticos y tratamientos”.
La especialista agrega: “En el abordaje de esta patología la educación es un aspecto primordial para la concientización de las personas, teniendo en cuenta que 9 de cada 10 pacientes que desarrollan cáncer colorrectal no tienen antecedentes familiares directos y que se trata de una enfermedad silenciosa”.
Cabe destacar que, en sus inicios, esta dolencia no presenta síntomas. En etapas más avanzadas, puede producir deposiciones con sangre, sensación de evacuación intestinal incompleta, cambio en el ritmo intestinal, heces más estrechas y/o delgadas, dolor abdominal, debilidad, fatiga y pérdida de peso inexplicable.