El megaincendio que afectó a Viña del Mar y otras comunas de la Región de Valparaíso fue una de las tragedias más devastadoras en la historia de Chile y del mundo. Miles de familias perdieron sus hogares, sus recuerdos y, en muchos casos, a sus seres queridos.
En ese momento doloroso, el país entero se unió en un esfuerzo solidario sin precedentes. Se organizaron campañas nacionales, regionales y locales; se realizaron eventos televisivos y se reunieron miles de millones de pesos destinados a apoyar a los damnificados.
Sin embargo, hasta la fecha las víctimas no tienen claridad absoluta respecto al uso de esos fondos: no se sabe con precisión quiénes los recibieron, cómo fueron distribuidos ni en qué se invirtieron. Esta falta de información afecta directamente la confianza de la ciudadanía y, especialmente, la tranquilidad de las familias que aún esperan respuestas.
Por esta razón, solicité formalmente a la Contraloría Regional la realización de una auditoría exhaustiva que permita esclarecer de manera completa el destino de los recursos recaudados. La gente tiene derecho a saber qué se hizo con cada peso donado en su nombre.
La solidaridad no puede transformarse en incertidumbre. No podemos revictimizar a quienes lo perdieron todo obstruyéndoles el acceso a la información. Transparencia, rendición de cuentas y respeto por las víctimas son principios que deben guiar toda acción pública, especialmente en momentos de crisis.



















