Recientemente desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) dieron a conocer nuevas recomendaciones sobre el uso de mascarillas durante la pandemia de COVID-19, que entre otras cosas desaconsejan el uso de aquellas que tienen válvulas pues podría exhalar aire no lo suficientemente filtrado. No obstante, es necesario tener presente que, en algunas personas, el uso prolongado del tapabocas podría generar impacto en sus cuerdas vocales.
Esta advertencia es realizada por el fonoaudiólogo Alexis Palta López, coordinador docente de Fonoaudiología en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), cuando aparece como inminente la llega de la “segunda ola” y hay quienes se han relajado en el uso de los tapabocas.
El especialista recalca que lo importante es tomar conciencia del esfuerzo que hacemos para comunicarnos, especialmente porque además de que nos escuchan menos, tampoco es posible hacer lectura labial o ver la gesticulación que hacemos.
“Las personas que utilizan la mascarilla tienen que aumentar la intensidad de su voz o volumen para que se comprenda el mensaje. Esto, sin duda que puede generar dificultades en la voz… ¿qué pasa cuando yo hago este aumento de intensidad? Los pliegues vocales chocan bruscamente… esto lleva consigo un mayor esfuerzo fonatorio, también puede provocar fatiga vocal y, en el peor de los casos, podemos llegar a una inflamación de las cuerdas vocales y también lesiones fonotraumáticas”.
Palta explica que este tipo de consecuencias físicas ocurre por dos motivos: el equipo de protección personal disminuye la radiación de la voz que se emite desde el tracto vocal hacia afuera, por lo tanto, la mascarilla como el escudo facial atenúan la propagación del sonido, y porque el equipo protección disminuye la energía de la voz y hace que ésta se perciba con menos intensidad.
Algunas recomendaciones
En este escenario, el académico advierte que, si bien la prioridad es cuidarse y, por ello, siempre hay que utilizar la mascarilla para evitar contagiarnos, hay algunas recomendaciones que pueden ayudar a disminuir los efectos mencionados. En este contexto, sostuvo que era fundamental articular mejor las palabras y hablar más lento. De este modo, evitaremos forzar la voz y generar molestias o irritaciones.
“La recomendación, lo primero es estar consciente que estoy elevando la intensidad de mi voz, porque si estoy consciente, voy a tener ciertos cuidados. Si no estoy consciente, voy a aumentar la intensidad y voy a generar los problemas que había dicho. Otra cosa, articular mejor. Los chilenos, por lo general, tenemos problemas con nuestra articulación. Hablar más lento también puede ayudar, porque si yo me apuro, claramente voy a articular de forma incorrecta, entonces articular bien, hablar más pausado, más lento y ojalá que no tengamos ruido ambiental, porque si a estos equipos que utilizo le agrego ruido, más voy a elevar la intensidad y entonces, mayor habrá más daño al final de cuentas”, dice el profesional, quien agrega que, según algunos estudios, la intensidad de la voz disminuiría en 10 decibeles a raíz del uso de la mascarilla.
Por último, recalca que, si al hablar con la mascarilla percibe cierta molestia, ardor, irritación a nivel laríngeo, o fatiga vocal, pida la atención de un otorrinolaringólogo, quien podrá sugerir una terapia fonoaudiológica para ayudarlo a utilizar su voz de forma adecuada.