Pleno verano, altos índices de contagio y nueva variante del COVID-19: esta es la peor combinación posible que hoy se da en nuestro país, período estival en que muchos se aprestan a iniciar su etapa de vacaciones. En este contexto, es importante tener presente dónde podría haber más riesgo de contagio y por qué razón, pues ello nos permitirá tomar las decisiones más seguras para nuestras familias.
La doctora en Ciencias Biomédicas, Graciela Molina Fuentes, médico cirujano, quien actualmente se encuentra realizando un postdoctorado en la Universidad de California Davis, afirma que no es tan riesgoso usar las piscinas, siempre y cuando se respete el aforo que establece el protocolo del Ministerio de la Salud. Ello, porque el agua de las piscinas es clorada, por lo tanto, no permite que el virus se mantenga vivo. Si piensa ir a veranear a una playa, la investigadora, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), sostiene que también el mar es seguro, porque la sal inactivaría al virus y, por su inmensidad, genera un efecto diluyente. Eso sí, se debe respetar el distanciamiento social y utilizar mascarilla. “El riesgo mayor es estar cerca de una persona que está asintomática o en período de incubación. Lejos, porque la probabilidad de que una persona haya tosido en el agua o te infectes de una persona que está a menos de dos metros tuyo, es mucho mayor… La problemática es el contacto con las personas. ¿Cuál es el riesgo en las piscinas? Que tú no te puedes meter al agua con mascarilla”, comenta la investigadora.
Junto con enfatizar que el aforo es clave para evitar contagios, en el caso de las piscinas es doblemente complejo, especialmente cuando hay niños, pues ellos, por su naturaleza, corren, se mueven, se interrelacionan con otros niños y son asintomáticos.
¿Qué pasó en Estados Unidos?
Consultada respecto de la experiencia en Estados Unidos, donde ya vivieron un verano en modo COVID-19, la Dra. Molina dice que en Norteamérica se determinó usar los espacios a través de núcleos familiares, manteniendo las distancias respectivas. Comenta, además, que durante este período no se registró un alza importante, como sí ocurrió después de las fiestas del Día de Acción de Gracias, Navidad y Año Nuevo, donde hubo muchas reuniones familiares. Esto demuestra lo que dice, en orden a que, ya sea en piscina o fuera de ella, lo clave es usar la mascarilla y respetar el aforo establecido por la autoridad sanitaria.
En familia y en sitio aislado
En relación al permiso de vacaciones que el gobierno chileno otorgó en un principio, dice que resulta complejo compatibilizar el resguardo de las personas y la salud mental de las mismas. Por ello, enfatiza que, si van a salir, lo hagan solo con su grupo familiar y a un lugar lo más alejado posible, siempre respetando el plan Paso a Paso.
“Usar la mascarilla. Se ha probado que la mascarilla sirve y ha reducido la mortalidad de manera dramática. No solo la enfermedad, sino también la mortalidad; mantener la distancia física; tratar de evitar las piscinas públicas. Si va a la piscina, ojalá que solo sea con tu grupo familiar; tratar de evitar que tus niños jueguen con otros niños que no conozcas y tener cuidado con las aguas detenidas, dulces, lagos, piscinas no cloradas… El mar sería más seguro que las piscinas cloradas, pero igual la recomendación mejor es abstenerse”, concluye la especialista.