La oscuridad no fue impedimento para que uno de los gendarmes apostados en los puestos de vigilancia del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Los Andes se percatara y alertara sobre el lanzamiento de un objeto desde el exterior del establecimiento penitenciario. El hecho, ocurrido a las 20:00 horas del pasado sábado, movilizó al personal de turno.
El objeto, que esperaba ser recepcionado por un interno, aterrizó en el techo de las dependencias de la población penal condenada. Hasta el lugar llegó el gendarme encargado nocturno, quien incautó el envoltorio que contenía una sustancia verde de color vegetal y 90 papeles cuadriculados con una polvo de color blanco, presumiblemente marihuana y pasta base de cocaína, respectivamente.
El jefe de la unidad andina, comandante Danilo Millón, sostuvo que «el día sábado, primero de mayo, siendo aproximadamente las 20:00 horas, personal de servicio apostado en los puestos de centinela logra percatarse que un individuo no identificado procede a lanzar, desde el exterior, un objeto sospechoso, el cual fue alcanzado por el personal de servicio de guardia interna. Las sustancias ilícitas consistían en una sustancia vegetal, aparentemente marihuana, y 90 papelillos de, aparentemente, pasta base de cocaína”.
Una situación similar se vivió en el Centro de Detención Preventiva (CDP) de Quillota, donde un nuevo “pelotazo” logró ser decomisado por personal del recinto de Gendarmería.
En el caso de la unidad penal quillotana, el ilícito se registró cerca del mediodía del sábado pasado. El trabajo conjunto del personal de turno permitió impedir que 48 papelillos de pasta base de cocaína y un envoltorio con cannabis sativa llegara hasta la población penal. La droga, lanzada al interior de una bolsa, llegó a la línea de fuego, lo que facilitó la respuesta de los gendarmes.
La directora regional de Gendarmería, coronel Sandra Toledo, afirmó que «constantemente, casi de forma diaria, se está registrando el lanzamiento de droga y otros artículos, como teléfonos celulares, a nuestras unidades penales. El que el objeto no llegue a manos de los privados de libertad solo es posible gracias a la labor de nuestro personal, el que se debe mantener alerta ante la posibilidad de que ocurran este u otros ilícitos”.
En ambas oportunidades se dio a viso al Ministerio Público, para – posteriormente- enviar las sustancias prohibidas al servicio de salud para la respectiva prueba de campo.