Los primeros informes técnicos realizados tras el accidente del ascensor revelaron que no se siguieron los protocolos indicados en el Manual de Operaciones y Manutención, a lo cual se sumó que el tablero eléctrico del elevador estaba activado en una modalidad que impide el normal funcionamiento de los sensores que activan los frenos.
Luego del accidente ocurrido la mañana de este sábado 1 de febrero en el ascensor Concepción de Valparaíso, la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (unidad técnica que ha estado a cargo del proceso de restauración de los ascensores de Valparaíso) encomendó la inmediata realización de revisiones a los sistemas involucrados en su funcionamiento, evacuándose dos informes preliminares que apuntan a deficiencias en el mantenimiento y operación que podrían haber incidido en la falla del sistema de frenado del elevador.
Una de las anomalías detectadas por los informes -realizados por la empresa que efectuó la restauración y por el ingeniero civil mecánico que ha asesorado al MOP en este proyecto- corresponde al seguimiento del Manual de Operaciones y Manutención del ascensor, que fue recibido por la Municipalidad de Valparaíso el 3 de abril de 2019, fecha en que el Ministerio de Obras Públicas hizo entrega a explotación del proyecto. Este manual, que principalmente aborda el manejo de los sistemas eléctricos y de los sistemas estructurales y mecánicos, incluye un check list que debe seguirse durante cada mantenimiento. Esta información era conocida por el personal a cargo de la operación del ascensor, por cuanto se realizaron cuatro capacitaciones a los funcionarios municipales antes de hacerse la referida entrega a explotación.
Durante los nueve meses en que ha estado operando el ascensor Concepción, la Dirección de Arquitectura informó, en al menos tres oportunidades, que el administrador de este elevador estaba realizando un check list distinto al recomendado: El 31 de julio de 2019, el inspector fiscal del MOP recordó al encargado de los ascensores del municipio respecto a la necesidad de ajustarse al citado check list, mientras que el ingeniero civil mecánico que ha asesorado al ministerio indicó en informes emitidos en octubre y diciembre pasado que el check list que maneja la Municipalidad no contiene todos los elementos indicados en el Manual de Operación y Manutención. Específicamente, la mayor deficiencia detectada en el check list que se hacía, era la falta de labores de mantenimiento al sistema electromecánico.
Además, en el lugar del accidente se detectó que fue causado por una falla del sistema de sensores electromecánicos de final de carrera, que posibilita que frenen los carros. Esto habría ocurrido porque en el tablero eléctrico que controla la operación del ascensor estaba activado el sistema “by pass”, modalidad contemplada para situaciones excepcionales o de emergencia para la operación manual de los carros, que desactiva los elementos automáticos diseñados para la seguridad de la operación. Es decir, esa función habría impedido que los sensores activaran los frenos y que continuara la tracción de los carros hasta chocar con las estaciones, lo que causó que se soltara el cable de acero y se produjera la caída del carro que había llegado a la estación superior. Además, se constató que el mecanismo que evita el deslizamiento de los carros (conocido como “pico de loro”) no habría funcionado o sólo lo habría hecho de manera parcial debido a que no estaba lubricado adecuadamente.
Los sensores que activan el frenado de los carros cuentan con redundancia (doble sensor) y basta con que cualquiera de ellos se active para enviar señales al panel de control, que automáticamente activa el freno. Además, en caso de falla, el ascensor cuenta con sensores de sobre recorrido (también con redundancia) que envían la señal de corte de energía al variador de frecuencia, produciéndose automáticamente la paralización del motor para la detención total de los carros. Por último, en cada estación y en las salas de operación y de máquinas hay dispositivos para activar la parada de emergencia de los carros.
El seremi de Obras Públicas, Raúl Fuhrer, señaló que “lo primordial es la salud de las personas que fueron afectadas por el accidente, preocuparse por su recuperación satisfactoria, y también hacer cuanto sea posible para que los porteños sigan teniendo certezas respecto a la seguridad de la operación de los ascensores. Es por esto que, a partir de estos antecedentes que son preliminares, el Ministerio de Obras Públicas seguirá gestionando las investigaciones que sean necesarias para establecer los motivos y responsabilidades del accidente y reafirma su compromiso de colaborar en todas las diligencias y pericias que sean ordenadas por la Fiscalía. Asimismo, coordinará gestiones para revisar la operación y mantenimiento de los ascensores Espíritu Santo y Cordillera, que restauramos y entregamos en 2018”.