Por José Ossandón
Parecían estar en silencio. Invisibilizados. Sin embargo los tradicionales cocheros de las conocidas “victorias” decidieron develar la crisis que viven luego que el municipio de Viña del Mar, de la pasada administración, decidiera terminar con este medio de transporte histórico.
Esta tarde, 33 de ellos se manifestaron a las afueras de la casa consistorial, ubicada en la calle Arlegui.
Los denunciantes exigen soluciones para su funcionamiento en la ciudad y establecer conversaciones con la alcaldesa Macarena Ripamonti.
Al respecto la jefa comunal expresó que este conflicto —que se arrastra hace años entre ambas partes hace años— se generó tras una consulta ciudadana cuyo resultado, con más de 90 mil opinantes, fue que esta actividad (coches victoria) “no correspondía con un avance y un desarrollo muy determinado (…) y eso se zanjó con un decreto alcaldicio de hace más de dos años».
Agregó que «hoy esta actividad, que ellos están realizando, está absolutamente en un plano ilegal».
Concluyó Ripamonti con que “tenemos la idea de tener proyectos de poder avanzar hacia la electromovilidad respecto de este oficio, entonces creo que está todo encima de la mesa, pero lo que falta es voluntad y creo que no de nuestra parte (…) las ofertas están encima de la mesa; el cuidado de los caballos para nosotros también es una prioridad y también ayudar a la comunidad que efectivamente tenga la necesidad».