Para los expertos, se trata de uno de los momentos más complejos para Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Los ataques militares comenzaron el pasado jueves en diversas ciudades de Ucrania: ya se han reportado más de 50 muertos. Académico de la región, Fernando Wilson, examinó el conflicto que mantiene en vilo al mundo.
Por Francisca Palma Schiller
Sin duda alguna la noticia que se ha tomado la semana y ha mantenido bajo tensión a todo el mundo, es lo que está sucediendo entre Rusia y Ucrania. Es que tras semanas de conflictos, este jueves, la invasión militar por parte de una de las potencias mundiales, se convirtió en una realidad.
Esto, por lo intentos de Vladimir Putin de unificar territorios anteriormente pertenecientes a la Unión Soviética: Luhansk y Donetsk. Tras el anuncio de Putin este lunes, cuando anunció que reconocía la independencia de estas dos áreas controladas por separatistas respaldados por Rusia, la decisión de invadir Ucrania ya es un hecho.
Así, el invadido país ha sufrido las primeras consecuencias: ya se ha reportado el fallecimiento de 40 efectivos militares y al menos 12 civiles. Por lo mismo, el hecho ya se ha catalogado como el mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial y el temor internacional se une en una sola interrogante: ¿estamos observando una posible tercera guerra?
Al respecto, Fernando Wilson, profesor de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), doctor en Historia, Magíster en Ciencia Política, mención en Relaciones Internacionales y Licenciado en Historia, respondió las dudas que se están gestando en nuestro país y el mundo.
– En términos prácticos, ¿qué está sucediendo hoy en Ucrania?
-“Este hecho es una etapa más dentro de una dinámica de conflictos que se producen desde el año 2014 y desde la perspectiva rusa, viene a resolver un problema que se viene arrastrando desde la disolución de la Unión Soviética. Lo que no sabemos es si Putin quiere quedarse con las provincias de la cuenca del rio Donbás, si quiere invadir Ucrania y absolverla completa o llegar a una solución intermedia: quedarse con las provincias prorrusas y convertir a Ucrania en una suerte de estado cliente. En resumen, Putin busca recuperar fronteras defendibles para así, controlar su periferia”.
¿Estamos hablando de la tercera guerra mundial? El gran temor de Europa del Este.
– “No. Esto es un conflicto periférico ruso, de objetivos limitados, donde no hay uso de armas de destrucción masiva. Las capacidades convencionales que está utilizando Rusia, sin ser despreciables, es tecnología antigua, de los 80’, por lo que el conflicto es localizado, de carácter limitado. Esto no se trata de destruir de otro, sino de corregir la frontera”.
-¿Qué significa y qué consecuencias trae y traerá esto al resto del mundo?
-“En lo más grande, en el escenario más complejo, es el cambio de la violencia: la agresión vuelve a ser un instrumento utilizado en el sistema internacional, sin embargo, queda por ver cuánto le costará a Rusia. Esto significa que la condición y la calidad de los conflictos van a cambiar totalmente, porque de alguna manera el fantasma de la guerra vuelve a ser parte de la política exterior. En lo mediano existe un nuevo cambio dramático de lo que es el mercado de la energía, de los combustibles fósiles, además un plano garantizado de 6 meses de inflación a nivel mundial. Finalmente, tienes el problema que es la duda de ¿cuál es la continuación de esto?, ¿qué sigue?”.
-¿Cómo se visualiza el conflicto para los próximos días?
-“En lo táctico, estos bandos están buscando inversamente cosas distintas: los ucranianos necesitan resistir, que esto sea largo, porque Rusia tiene poca autonomía política y económica, y hoy la bolsa bajó un 30%, un desastre. En esa situación, los rusos necesitan ganar rápido, con asaltos sobre base aéreas, por ejemplo. Esto es un conflicto clásico de intensidad mediana, con tecnología de los 80’ y lo que busca Rusia es evitar que el ejército de Ucrania se concrete, por eso está atacando por distintas partes. Habrá sanciones económicas importantes para Rusia, lo que lo afectará, ya que está inestable económicamente. Por otro lado, es difícil que haya una intervención directa de occidente: no hay motivo que lo justifique”.