Con miras a proteger el entorno y ayudar a la sostenibilidad del ecosistema del tranque La Luz, Esval inició un programa de conservación medioambiental proactivo en este cuerpo de agua ubicado en Placilla de Peñuelas.
La iniciativa consiste en la instalación de biorrollos -cilindros de fibras naturales- que contienen compuestos orgánicos y vegetales, que permitirán proteger al “Sapito de cuatro ojos”, especie clasificada como casi amenazada, según la categoría de conservación en Chile. Además, esta intervención favorecerá el crecimiento de las especies ya presentes en el tranque, como juncos y totoras.
“Estamos comprometidos con el desarrollo sostenible de este embalse, que nos ha permitido mantener la continuidad del suministro de agua potable para más de 15 mil hogares de Placilla de Peñuelas, pese a la mega sequía que afecta a nuestra Región de Valparaíso hace más de trece años. Creemos que este proyecto significará un aporte para resguardar de mejor manera el ecosistema de esta reserva hídrica. Necesitamos también el apoyo de todos, por lo que el llamado a la comunidad es a colaborar con el cuidado del tranque”, dijo el gerente regional de la sanitaria, Alejandro Salas.
Marco Kramps, biólogo marino y especialista en ecosistemas acuáticos, explicó que “se trata de una técnica de restauración ribereña, que genera un beneficio biológico, paisajístico y sociocultural. Por un lado, la cubierta vegetal de estos biorrollos proporciona un sistema de depuración natural del agua y de estabilización de la ribera, junto con aportar a la fijación de CO2 mediante el proceso de fotosíntesis. Además, los núcleos tienen una piscina en su interior, que permitirá al sapito de cuatro ojos (pleurodema thaul) completar su ciclo reproductivo en una zona húmeda y tener un refugio que favorece su conservación”.
El experto agregó que “la estructura de estos biorrollos es totalmente inocua para la calidad de agua del tranque La Luz, ya que están elaborados con material biodegradable. Al principio, la comunidad verá los cilindros instalados en la orilla, pero con el paso de los días podrán apreciar cómo el embalse se empieza a poblar de nuevas especies y avifauna, dando más vida a este ecosistema”.
La instalación de los biorrollos se realizará durante todo este mes en el embarcadero, el mirador y otros sectores menores del tranque. A partir de mayo comenzará el monitoreo permanente de las condiciones de salud, crecimiento y vigor de las especies vegetales, proceso que se extenderá por alrededor de un año.
Esta intervención se realiza con el apoyo de ERA Sustentable, empresa especializada en estudios y restauración ambiental, y que ya ha desarrollado proyectos similares en la región, como la recuperación del humedal Campiche, en Puchuncaví.