La conciencia medioambiental es, probablemente, una de las materias más urgentes de trabajar a nivel educativo. Con el planeta amenazado fuertemente por los efectos del cambio climático, aprender qué podemos hacer para colaborar con el entorno es clave desde edades muy tempranas.
Es por ello que lo que puedan hacer los establecimientos, sobre todo públicos, por concientizar a los estudiantes, puede hacer grandes diferencias.
De aquí el valor que tiene, para cuatro establecimientos del Servicio Local de Educación Pública de Valparaíso, haber sido certificados, en la categoría de «excelencia» por la Seremi de Medio Ambiente y el Comité Nacional de certificación ambiental, en una propuesta que busca “promover la conciencia de la protección de la naturaleza y el desarrollo sustentable de las comunidades”, además de desarrollar estrategias ambientales que aborden elementos curriculares, de gestión y relación con el entorno.
Un modelo de “educación para la sustentabilidad”, que han llevado con éxito los establecimientos del SLEP: Instituto Marítimo, la Escuela Laguna Verde, Liceo N°1 María Franck de Mac Dougall y Escuela Juan José Latorre.
Una distinción que para el seremi del ramo, Hernán Ramírez, invita a seguir avanzando.
“Quiero felicitar el compromiso del equipo docente y destacar la amplia presencia femenina en la certificación y que dice también del compromiso y esa necesidad de proteger y cuidar al planeta y las nuevas generaciones. Los invito a seguir en este proceso”, dijo.
Arduo trabajo
Con más de una década trabajando en la temática, la profesora de Biología del Liceo N°1, Verónica Álvarez, explica que “todo esto viene de un trabajo de hace 12 años, con una certificación media y después de un arduo trabajo llegamos a este nivel, donde se ha visto comprometida toda la comunidad. En pandemia se trabajó fuertemente el tema y es importante porque es uno de los sellos de nuestro establecimiento y es importante tener este reconocimiento”.
Joselyn Rojas, profesora de Ciencias del Instituto Marítimo, aseguró que el reconocimiento es un “honor” obtenido gracias a la labor en conjunto con la profesora Teresa: “Estuvimos planificando actividades durante el año y tuvimos un grupo de estudiantes que participó con nosotros. La certificación tiene tres aspectos importantes, lo curricular, la gestión y relación con el entorno, entonces vimos cada punto, analizamos qué nos faltaba y ejecutamos durante el año”.
Una enseñanza que además debió lidiar con las complejidades de la pandemia y las clases a distancia, lo que para el docente de Ciencias Naturales y Medio Ambiente Claudio Vargas, de la Escuela Juan José Latorre, significó que “fue muy difícil trabajar el Medio Ambiente, de hecho para nosotros obtener el certificado fue muy difícil, porque teníamos que reintegrar a los alumnos y esto fue una motivación para tratarlo a nivel familia e incentivar a los adultos que participaran. Obtener la excelencia demuestra que se puede trabajar pese a las dificultades”.
Nuevos desafíos
David Navia, docente encargado del sello medioambiental de la Escuela Laguna Verde, detalló que de kínder a octavo trabajan todas las problemáticas de medio ambiente y que, de cara al futuro el desafío es “generar más redes con las universidades y juntas de vecinos para defender ciertos espacios dentro de Laguna Verde, como el humedal o el parque de las orquídeas”.
En tanto el inspector del establecimiento, Daniel López, agrega que “lo importante del trabajo en nuestra escuela es que nace de las necesidades de nuestra población. Laguna Verde tiene un montón de problemáticas que impactan, sobre todo a los niños: desertificación de bosque nativo, vertedero Los Molles, la contaminación del estero, montón de problemáticas que nos impulsan a tomar conciencia y llevar a la práctica el cuidado y el respeto, educando para un país más amigable con el medio ambiente. Los niños pueden cambiar el futuro”.
Por último la directora provincial del Departamento de Educación, María Alejandra Torres, llamó a seguir impulsando esta gestión. “Felicitaciones por este logro y avance, porque es a lo que apunta la realidad hoy en día. El cuidado del medioambiente que hay que ir desarrollando en nuestros niños, niñas y adolescentes, también en jardines infantiles, porque es una etapa maravillosa y mucho de lo que aprenden ahí les queda para siempre y eso facilita lo que harán los docentes en otras etapas de la educación”, cerró.