Esta tarde la Asociación de Funcionarios de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (AFAEB) denunció que el ex director de este organismo de Estado, Jaime Tohá Lavanderos, «quien fue destituido (de esta entidad) por malas prácticas y lucro en beneficio de algunas empresas», advierte este gremio mediante comunicado de prensa, es hoy es asesor de una de ellas: el consorcio Merkén.
«Hoy venimos a denunciar públicamente que tanto el exdirector Jaime Tohá, como parte de su equipo directivo (Lorna Villalobos y José Zanolli) actualmente prestan servicios al Consorcio Merkén, empresa que ha usado las peores prácticas para adjudicarse las licitaciones, presentándose como distintas firmas, ofertando a precios bajo mercado y contratando tanto a ex directores regionales como a zonales: Claudia Camacho en el norte, Carola Rodríguez en el sur e Iván Acevedo en la zona centro», afirman desde AFAEB.
Argumenta el comunicado: «Durante la administración del ex director Jaime Tohá Lavanderos denunciamos continuamente la falta de probidad y ética pública, al privilegiar los intereses privados por sobre los institucionales. El equipo directivo que conformó permitió y facilitó una gestión en pro del lucro cuyos principales beneficiados fueron las empresas, en perjuicio de estudiantes y familias».
Sostiene: «Si bien no fue posible evidenciar con pruebas suficientes los conflictos de interés de la anterior dirección, fue por todos conocido el vínculo de amistad que el señor Tohá sostenía con el dueño de la empresa adjudicada para la compra y distribución de computadores, Netnow».
Como asociación —enfatizan— «rechazamos las paulatina flexibilización y disminución de exigencias de Junaeb hacia las empresas prestadoras, como también la excesiva externalización de servicios, que solo debilitó nuestra función y rol público».
Para AFAEB resulta urgente normar e impedir «que altos cargos públicos puedan en el corto plazo, formar parte de empresas que prestan servicios a las mismas instituciones que antes dirigieron».
«Finalmente señalar que este tipo de prácticas demuestran la necesidad no sólo de normar estas situaciones, sino también, de cuidar que la selección de cargos de alta dirección incorpore la integridad y probidad como aspectos fundamentales, al mismo nivel que las competencias para la gestión institucional».