Por José Ossandón
Jeffrey Dahmer personifica el mal. O mejor dicho, lo mal que la sociedad lo puede hacer con un ser humano. Recuerdo al Chacal de Nahueltoro. Este Carnicero de Milwaukee es más clarito, más gringo. Nuestro chacal era más oscurito de piel, pero igual de perverso. A Dahmer lo mataron en la cárcel, al Chacal lo mató el Estado, después de enseñarle a leer. La serie Dahmer es ofensiva. Nos deja en vilo. Y en eso, creo, que la producción de la serie tuvo cuidado en cómo tratar la historia, porque de verdad es que es terrible.
Los asesinos en serie son sujetos curiosos. Atraen por lo mismo. No se puede entender que en un solo cuerpo exista tal nivel de vileza. Evoco a Andrei Chikatilo, ese académico ruso que asesinó y mutiló (y también cenó) a más de 30 personas en la Unión Soviética antes de la Perestroika.
Dahmer es una serie que se debe ver. Está bien hecha. Evan Peters personifica bien al Carnicero, pero de todas maneras es su padre, Lionel (Andrew Shaver), quien se lleva todos los pergaminos.
Cuesta digerir este tipo de historias. Es como atravesar un pasillo oscuro, maloliente. La maldad en estado puro. Ni siquiera se alcanza a empatizar con un asesino que mata y se alimenta de sus víctimas. En el fondo sí, tiene ciertas virtudes el personaje que nos despoja algunas lástimas por su aparente abandono infantil. Nos hace pensar, como siempre en este tipo de películas o series, que el asesino es responsabilidad de todos. Como cuando miramos al lado, con cierta displicencia, lo que le pasa al vecino, pensando que no es tema de uno. Pero resulta que al final puede terminar golpeándote el alma.
Sugiero después de ver Dahmer, la serie, considerar el documental, también por Netflix, Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer. Es horroroso.
En estos tiempos de tanta violencia, de amenazas de destrucción, de mutilación social, de oscuridad… Es bueno revisar este tipo de producciones, para después recordar el origen de tantos demonios que alguna vez fueron niños y ahora en su madurez son capaces de crear sus propios infiernos y los comparten como dioses rotos.
Dahmer (serie) Netflix.