Felipe Vergara Lasnibat
Coordinador carrera Pedagogía en Historia
Facultad de Humanidades
Universidad de Playa Ancha
Poco a poco se va descubriendo la taumaturgia estadística del galeno ministerial de salud… No. No somos para nada el mejor sistema de salud planetario, afirmar eso es de una mente delirante que quiere insistir en hacernos creer que somos jaguares, cuando en verdad estamos a la altura de un gatito desnutrido propenso a la panleucopenia felina.
No somos ni fuimos nunca los jaguares de América, porque si de verdad lo hubiésemos sido, tendríamos las espaldas económicas para enfrentar la pandemia sin tener que exponer a ancianos, estudiantes y a la clase trabajadora a un sacrificio; porque luego de los gobiernos de Frei, Lagos, Bachelet y Piñera -estos dos últimos con nefastos segundos mandatos-, el Estado y Hacienda tendrían presupuesto y fondo financiero para frenar «la maquinaria» sin tener que invitar a un genocidio de profesionales, técnicos, comerciantes y obreros.
No somos ni fuimos los jaguares porque esos felinos cazan para su sustento y su prole. En cambio, en este país, el Estado desgobierna a favor de grandes empresarios, expertos en leer la letra chica que, sin dejos éticos, no pararán de profitar de beneficios legales.
Olwen Hufton, en su obra «Privilegio y Protesta en Europa 1730-1789″, narró cómo los autócratas ilustrados sacaron ventaja de pestes y plagas. De paso, nos recuerda cómo fue necesario refundar Europa. No olvidar las sabias palabras de Horacio “Populus me sibilat, at mihi plaudo”, que quiere decir “El pueblo me silba, yo me aplaudo”.