33 pacientes del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota que sufrieron la amputación de una extremidad inferior, recibieron sus prótesis definitivas como parte de un programa del Ministerio de Salud y Fonasa.
Con una inversión superior a los 67 millones de pesos para la adquisición de prótesis transtibiales y transfemorales, sus beneficiarios las obtienen de manera mucho más ágil y oportuna. El Dr. Ricardo Valenzuela, fisiatra Unidad de Medicina Física y Rehabilitación explica que “básicamente estamos cumpliendo con una línea estratégica del Ministerio de Salud con Fonasa, que consiste en poder financiar y entregar prótesis para pacientes amputados de extremidades inferiores, porque son pacientes que tienen la potencialidad de lograr una mayor independencia y una mejor calidad de vida y que no tienen acceso a prótesis que son elementos costosos”.
Tal como lo afirma la Dra. Tatiana Aldunate, Subdirectora Médica del Hospital Fricke, “poder entregar prótesis a las personas que lo necesitan, hace recordar que no solamente la medicina es curativa sino que también tiene un gran poder de rehabilitación, que a veces se olvida, pero que devuelve la dignidad y la calidad de vida a los pacientes que han sufrido alguna amputación, los vuelve a levantar. Y eso tiene un valor, porque ese paciente que se ha logrado salvar de una enfermedad importante, va a poder ver el futuro con mayor dignidad”.
Acceden a este Programa los pacientes FONASA del Servicio de Salud Viña del Mar- Quillota que han sufrido una amputación traumática – por accidentes – o quirúrgica, producto de complicaciones derivadas, principalmente de la diabetes, y que son derivados por cualquiera de los Hospitales de la red asistencial o la Atención Primaria de Salud. “Una vez que nos llegan, se les hace la evaluación médica, y se les indica el entrenamiento preprotésico, que consiste básicamente en sesiones con kinesiólogo, que tiene como objetivo lograr algún tipo de desplazamiento de estos pacientes que por el hecho de haber sido amputados, pierden la marcha, la capacidad de caminar”, explica el Dr. Valenzuela.
Uno de esos pacientes fue don Wenceslao Moreno, de Miraflores Alto, que sufrió la complicación de una herida, sin saber que sufría una diabetes que terminó en la amputación de su pierna. “Los primeros seis meses fueron terribles, no le puedo decir una cosa por otra, harto apoyo de la familia, y de ahí empezar a cicatrizar la herida, gracias a Dios me sacaron los puntos, empecé a caminar bien y a trabajar. Soy ceramista. Y ahora yo actualmente trabajo, estoy trabajando, tengo una pega grande a cargo, con gente al lado, subo al tercer piso, bajo del tercer piso con las muletas, no hay ascensor, son puras escalas”. Hoy, con su flamante prótesis, se emociona: “Maravilloso, se me volvió el alma al cuerpo, realmente. Quería sentir la altura que yo tenía, echaba de menos pararme. Pero estoy bien ahora”.