La sanitaria implementó un plan especial para enfrentar el aumento de uso del agua potable dada la llegada de turistas y altas temperaturas. En febrero el consumo total de la región aumenta un 14% respecto del promedio anual y en zonas costeras hasta un 38%, por lo invirtió 5.000 millones de pesos para atender la alta demanda.
Una de las características de la zona donde opera Esval es su alta estacionalidad: en verano aumenta considerablemente la población que atiende, lo que obliga a prepararse con anticipación de modo de hacer frente al aumento en la demanda de agua potable.
“Seguimos enfrentando una sequía sin precedentes, que ya entra a su año 14. Como uno de los principales destinos turísticos del país, en esta temporada tenemos un mayor consumo de agua y para enfrentarlo diseñamos e implementamos un completo plan, que este año implicó la inversión de más de $5.000 millones”, detalló el gerente regional de Esval, Alejandro Salas.
Entre las iniciativas se cuentan la habilitación de ocho nuevas fuentes de agua que se concentran especialmente en la zona interior de la región, donde la escasez hídrica es más intensa.
Estas obras son complementarias a las mega inversiones de los últimos años y el trabajo constante con autoridades y regantes. “La conducción reversible Aromos-Concón es clave para mantener la continuidad del suministro en el Gran Valparaíso y Litoral Norte, en especial en este periodo, pues permite el llenado del embalse que es la reserva con que cuenta la zona para enfrentar el verano. Gracias el trabajo mancomunado con regantes y autoridades hoy el embalse cuenta con 13,5 millones de metros cúbicos, lo que nos permite junto a otras acciones, mantener la continuidad del suministro a residentes y visitante prese a la dura sequía”, agregó Salas.
En febrero, el consumo total de la región aumenta 14% respecto del promedio anual. “En las zonas costeras el consumo aumenta hasta un 38%, porque -como siempre- reiteramos nuestro llamado a un consumo responsable”, agregó el ejecutivo.
Esval cuenta con un equipo multidisciplinario que está proyectando constantemente escenarios futuros para adelantarse a los efectos de la sequía y que considera la proyección del balance hídrico (oferta vs. demanda), compra y arriendo de derechos de agua, evaluación de nuevas fuentes y programas de eficiencia hídrica.
Si bien durante 2022 hubo una precipitación acumulada mayor respecto del año anterior, ésta aún dista mucho de la de un año normal. “Previo a la sequía, se podía registrar una precipitación acumulada de más de 355 mm en Valparaíso, sin embargo, en el último año esa cifra no supera los 289 mm e incluso llega a solo 42 mm en zonas donde la situación es extrema, como Petorca. Este escenario exige una preparación metódica, recordando siempre que como un sector regulado nuestras inversiones deben ser lo más costo-eficientes posibles”, concluyó Salas.