El Festival de Viña del Mar estuvo cerca de ser cancelado en los días previos debido a la polémica de la orquesta: la decisión de la organización de no contar con los músicos en el escenario casi echa abajo el trabajo de meses.
La determinación de no trabajar con orquesta presencial se resolvió en junio de 2021 por parte de los canales organizadores -TVN y Canal 13 -, atendiendo a que la crisis sanitaria por el Covid-19 de ese entonces obligaba a contar con un número reducido de personas en espacios específicos. La medida se iba a mantener para 2023.
El contrato de licitación entre la Municipalidad de Viña del Mar y los canales establece que debe haber una orquesta como parte del evento, pero no especifica si su trabajo tiene que ser presencial o remoto. Por tanto, ambas señales tomaron este punto para prescindir de ella en el recinto de la Ciudad Jardín, optando por trabajar con los mismos instrumentistas en Santiago y advirtiendo que no estaban infringiendo ninguna cláusula del trato.
El pasado 29 de enero, la opción de eliminar la orquesta de la Ciudad Jardín se haría pública, lo que desató una ola de críticas. En ese contexto, el director de la orquesta, Carlos Figueroa, decidió renunciar a su cargo el 3 de febrero a 16 días del inicio del evento.
Su paso al costado desencadenó un problema mayúsculo. Figueroa tenía la potestad sobre las pistas que ya se habían grabado para las competiciones, por lo que decidió llevárselas y así dejar al evento sin el soporte musical básico de uno de sus ejes centrales. En rigor, su partida dejaba al certamen sin poder realizar las competencias.
Casi en estado de emergencia, el lunes 6 de febrero se reunió en TVN el equipo organizador de la cita, encabezado por el director ejecutivo de Canal 13, Maximiliano Luksic, y su par en la red pública, Alfredo Ramírez, para analizar el escenario. Junto a ellos también estaba el área legal de cada estación. El diagnóstico fue lapidario: sin pistas, no se podían realizar las competencias. Y sin competencias, no se podía llevar a cabo el Festival de Viña del Mar. Eso sin mencionar las implicancias legales de no contar con esa instancia, dado que ambos canales podían arriesgar demandas por no cumplir el contrato.
Como el destino inmediato del Festival estaba dependiendo en esos momentos de la sola decisión de Figueroa, finalmente se decidió echar pie atrás en la medida de no contar con la orquesta de modo presencial.
Fuente: La Tercera.