Durante la jornada de este viernes el diputado del movimiento UNIR, Marcelo Díaz, llamó a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y a la Intendencia Regional a poner atención a una grave situación que se presenta en los alrededores del tranque La Luz, en el sector de Curauma (Placilla), donde residentes de los condominios aledaños a este santuario de la naturaleza acusan el aumento “indiscriminado” de tala de árboles, algunos de ellos de grandes proporciones.
Para el parlamentario por el distrito 7 de la Región de Valparaíso esta actividad penada por la ley 20.283 —Sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal— “debe ser inmediatamente atendida por las autoridades pertinentes, porque no solo se está infringiendo esta normativa de control de áreas boscosas, sino que además no se están acatando las exigencias sanitarias impuestas por el Gobierno por la pandemia del coronavirus. Placilla y Curauma no son localidades independientes, pues forman parte de la comuna de Valparaíso, por lo tanto la cuarentena también corre para las personas que viven o circulan allí”.
Altas multas
Según información recabada por el diputado“todos los días hay movimiento en los derredores del tranque La Luz, vehículos de carga transportando leña. Pese a la cuarentena, muchas personas están ingresando a ese lugar para derribar árboles de gran envergadura para posteriormente cortarlos y venderlos como material de combustión casero. Quienes cometen estos ilícitos arriesgan multas por la ley 20.283 de bosques y por las nuevas modificaciones establecidas en el artículo 318 del Código Penal en el contexto de la Covid-19”.
Este hecho podría agravarse más —agrega el diputado de UNIR— “por la compleja situación económica que vive el país por la pandemia. Desde luego es entendible que muchas familias han debido reiventarse laboralmente por la circulación de este virus, y la venta de leña es una opción para cubrir los gastos propios que genera un hogar. Sin embargo el bien general siempre debe imperar al individual en periodos de emergencia, y hoy lo principal, primero, es evitar los contagios; y segundo, respetar las políticas de control forestal, porque la tala de un árbol nativo es un daño tremendo a la biodiversidad”.
Caber recordar que en julio del año pasado el diputado Marcelo Díaz acusó la tala indiscriminada de bosques en algunos sectores de Curauma, hecho denunciado por vecinos de esa localidad.
En ese contexto el legislador envió sendos oficios de fiscalización al Ministerio de Agricultura, a la Dirección Regional de Conaf y al intendente Jorge Martínez para que se clarificara si la destrucción de estos árboles se ajustaban a reglamentación, especialmente al plan de manejo forestal, puesto que algunos residentes de condominios ubicados a pocos metros de esta poda, afirmaban que muchas de estas especies derribadas “eran de origen nativo y endémico”.