Aunque los resultados siguen sin alcanzar cifras ideales, en el caso del índice de experiencia consigue los niveles 2016-2017 y en índice de percepción de calidad logra un nivel máximo equiparable a lo obtenido en 2011, sin embargo, el índice de expectativa se mantiene bajo, pero similar a años prepandemia.
El Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello dio a conocer una vez más la Encuesta Nacional de Salud 2023- la que realiza de manera anual desde el 2010- constituyéndose en una de las series de información evaluativa más larga e integral que existe en nuestro país respecto de la variable calidad de los sistemas de salud.
Esta tiene como objetivo dar a conocer cuál es la percepción de los usuarios acerca del Sistema de Salud actual y la forma en que perciben algunas políticas sociales relativas a esta área, asimismo evalúa la experiencia de calidad en sus atenciones de salud y finalmente evalúa la expectativa respecto de cómo cree será atendido en el próximo año.
En este sondeo número 14, realizado en conjunto con la empresa de investigación IPSOS, se efectuó un trabajo de campo entre el 12 de julio y el 7 de agosto de 2023 en las regiones de Valparaíso, Biobío y Metropolitana.
Nota “azul”
Los resultados de este año reafirman la tendencia que se venía evidenciando desde el año anterior, cuando la crisis sanitaria ya no estaba en los mismos niveles de 2020 y 2021. En esta edición y con el fin de la emergencia sanitaria, la encuesta mostró un aumento en el promedio de evaluación del Sistema de Salud, logrando en el Gran Valparaíso 4.1 y 1 punto más en comparación con el sondeo anterior, la cifra más alta desde 2014.
Para Héctor Sánchez, director del ISP UNAB, las cifras son una buena señal, sin embargo, aún no a niveles óptimos, “esto implica que persisten los problemas de satisfacción de los usuarios, si bien, la presión asistencial por la pandemia ha disminuido, se está incrementando ahora por enfermos crónicos postergados y/o no atendidos en su oportunidad, lo cual nos hace mirar ese 2023 con mucha precaución”.
En el detalle, los aspectos mejor evaluados de la última atención recibida en salud fueron los médicos, enfermeras y auxiliares que atendieron; en cambio los aspectos peor evaluados fueron los relacionados con la forma de pedir hora médica y los tiempos de espera para recibir la atención médica lo que está plenamente respaldado por el crecimiento de las listas de espera.
De acuerdo con esta encuesta, en el Gran Valparaíso, el motivo de cambio de Isapre a Fonasa un 68% de los encuestados alude al elevado costo del plan de la Isapre y porque su situación actual le impide seguir pagándola.
De la misma manera, la evaluación del acceso a prestaciones médicas en general también registró mejoras en los indicadores, aunque según Sánchez, aún a niveles muy bajos para lograr indicadores de satisfacción razonables para un sistema de salud cuyo gasto ya está en niveles del promedio que señala la OCDE. La entrega de resultados de exámenes y la atención de urgencias en el SAPU de su sector destacan con un aumento de 7 y 2 puntos respecto del año 2022, lo que muestra un mejor equilibrio entre la oferta y demanda.
Por el contrario, cuando se habla del acceso futuro a prestaciones médicas, un 27% considera que será menos oportuno y simple, a diferencia de un 15% que opinaba lo mismo en 2022.
Sobre este punto, el superintendente de Isapres indica la importancia de analizar la evolución de los niveles de satisfacción con el crecimiento en el gasto en salud, pues existe una correlación entre ambas dimensiones si el nivel organizacional responde al crecimiento de los ingresos y de la demanda. Aspecto que no se condice con la baja productividad que evidencian estudios actuales sobre esta materia.
Gasto actual y futuro en salud Gran Valparaíso
Una cifra que había sido alarmante en la encuesta del 2022 fue la alta percepción del gasto en salud que indicaban los encuestados, cifra que alcanzó el número más alto en la historia del sondeo.
En la pregunta ¿usted diría que su gasto en salud ha aumentado, se mantiene o ha disminuido comparándolo con un año atrás? Un 64% de los encuestados señaló que ha aumentado (el 2022 fue un 69%).
En cuanto a la percepción de cobertura y protección financiera del plan de salud, un 58% señala sentirse nada o muy poco protegido por su plan de salud con su gasto de salud actual.
Para el académico UNAB, la encuesta es una radiografía de la crisis que se está experimentado en el sistema de salud chileno, “hay una sensación de que el costo que se paga por cuidar la salud es muy alto y porque los tiempos de espera siguen siendo uno de los problemas más graves del sistema público, por lo que es difícil entender las políticas orientadas a fomentar que las personas se trasladen al sector privado y, por otro lado, la resistencia de comprar a privados servicios para disminuir las listas de espera” explicó.
Crisis de las Isapres: 71% de sus afiliados señala no querer que estas desaparezcan
Un 76% indica que no desea que las Isapres sean reemplazadas por Fonasa como único ente asegurador.
En términos generales, el estudio del Gran Valparaíso evidenció que está internalizado en las personas que una posible desaparición de las Isapres traería graves consecuencias en el servicio de salud, siendo el aumento de las listas de espera y el empeoramiento de la calidad del servicio los efectos inmediatos. Sobre este punto, un 58% reconoce y sabe de sus consecuencias negativas. Gran parte de los encuestados mencionan como consecuencias negativas los siguientes: aumento de la lista de espera para conseguir especialista y una cirugía; bajaría la calidad de la atención, además de aumentar el costo de atención en los lugares que se frecuenta, porque el copago será mayor.