La Corporación Cultural de Viña del Mar anunció que esta será la última semana en que exponen temporalmente a tres artistas nacionales: “Imposibilidades” de Giancarlo Bertini, “Posibilidades” de Edgardo Catalán y la jóven figura local Sebastián Espejo. Estas estarán a disposición de la comunidad en la Sala Viña del Mar, ubicada en Arlegui 683, hasta el 4 de mayo, de lunes a sábado entre las 10 y 18:30 horas.
El gran detalle de esta exhibición es el encuentro intergeneracional de Edgardo Catalán y su discípulo Giancarlo Bertini y el cómo la ciudad los une en distintos momentos de la historia. Si bien ambos estudiaron en la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar y habitan la ciudad, sus trabajos no obedecen a un estilo unitario determinado por un grupo de críticos de arte. Por el contrario, son el conjunto de eventos personales que en estos casos se manifiestan con fuerza en un proceso generador de sentido y productor de imágenes, donde el color da vida a lenguajes cargados de símbolos personales literalmente puestos en obras. El universo de Bertini y Catalán es por esencia poético, ya que el modo en que construyen sus imágenes y utilizan sus símbolos son con un significado distinto al que conocemos, pero es a través de ellos que podemos establecer una conexión, semejanza o concordancia con nuestra realidad.
“El universo poético de Bertini y Catalán ha provocado un encuentro de emociones en los espectadores”, explica Cristián Hormazabal, Director de la Corporación Cultural de Viña del Mar. “Porque hemos tenido grupos de gente muy joven que califica muy bonita la obra de Catalán pero un poco fría en la atención a los colores. Por el contrario, cuando el público ve la obra de Giancarlo Bertini lo ven pasional, intenso, alegre, colorido. Hacen un proceso de introspección que busca la conexión con las emociones, entre lo simbólico y lo sentimental”.
Por su parte, los trabajos del viñamarino Sebastian Espejo dan una mirada hacia lo cotidiano digno de los impresionistas. El ritmo de las ciudades industrializadas sumado a la velocidad e importancia de la luz son elementos claves en la manera que Espejo construye sus obras, pues la necesidad de reproducir temas casuales o intrascendentes lo llevan a la construcción de un lenguaje pictórico que suprime los detalles a través de pinceladas directas, muchas veces con trazos gruesos que incluye el uso de puntos para crear masa, armonía y volumen. Estas en su conjunto llevan al espectador a disfrutar de un efecto óptico que permite abstraerse y pasar a disfrutar del ocio y de la realidad que tenemos frente a nuestras narices.
“Las obras del impresionismo cotidiano de Espejo han tenido una recepción mucho más cercana y más racional”, continúa Cristián Hormazabal. “Esto debido a que a la gente le gusta la imagen de Sebastián, el efecto óptico o los títulos. Despierta curiosidad por el impresionismo, el rescate de las técnicas que él ha usado”.
En estos momentos, Sebastián Espejo se encuentra exhibido en la Antesala, el primer piso con con acceso con calle Arlegui, mientras que Edgardo Catalán y Giancarlo Bertini comparten la Sala Viña, que se encuentra en el segundo piso al subir las escaleras.
“Invitamos a la comunidad de Viña del Mar y de la región a que puedan visitar la Sala Viña del Mar hasta el sábado 4 de mayo y ahí podrían conocer los trabajos de Edgardo Catalán, Sebastián Espejo y Giancarlo Bertini, pintores que hoy día tienen un lugar de prestigio en el arte nacional”, cerró el Director.