Este 17 de mayo se conmemora el Día del Internet, la red informática mundial que transformó por completo la forma en que nos comunicamos, interactuamos y consumimos. Según detareportal.com, a inicios de este año había 17,88 millones de usuarios de internet en Chile. Por esto es necesario reflexionar sobre cómo el ciberespacio ha reconfigurado la forma en que consumimos productos y servicios desde el campo del marketing.
Internet otorga acceso a una gran cantidad de información sobre productos, precios y opiniones a las personas, antes de que decidan adquirir algo. Las compras online se han convertido en una opción cada vez más popular, ofreciendo comodidad, variedad y precios competitivos. Las marcas tuvieron que adaptarse, de manera forzada o no, a este nuevo paradigma de consumo, donde el que se queda atrás, pierde. En este escenario, el marketing, como disciplina que busca conectar con las personas y persuadirlas a comprar, ha jugado un rol fundamental, con dos áreas que han sido claves: las redes sociales (RRSS) y los anuncios de pago (ADS).
Antes del internet, la comunicación entre marcas y consumidores era unidireccional. Las empresas se dirigían a las personas a través de avisos en medios de comunicación o anuncios callejeros (carteles, afiches, etc), sin tener la posibilidad de conocer las opiniones o preferencias de su público objetivo. Por lo mismo, las opciones de los consumidores estaban limitadas.
La irrupción de las redes sociales fue vital para democratizar la comunicación y plataformas como Facebook, Instagram, X y YouTube abrieron un espacio para el descubrimiento de productos. A través de la exploración visual y la viralidad de contenidos, los usuarios pueden encontrar nuevas marcas de una manera más orgánica y personalizada que nunca antes. Hoy existen 15,20 millones de usuarios activos en RRSS en el país (equivalente al 77,4% de la población total).
También democratizaron la influencia, permitiendo que personas comunes y corrientes se conviertan en líderes de opinión (influencers) en nichos específicos, generando un impacto significativo en las decisiones de compra. Además, antes de realizar una compra, los consumidores pueden acceder a reseñas, opiniones y testimonios de otros usuarios en tiempo real.
Algunas redes como Facebook e Instagram integraron funciones de compra directa, permitiendo a los usuarios descubrir, explorar y comprar productos sin salir de la aplicación. Un ejemplo de estas innovaciones son los Live Shopping, estrategia de venta donde los usuarios pueden comprar productos en tiempo real mientras participan en transmisiones en vivo a través de las RRSS.
En esta misma línea encontramos los anuncios de pago, que han desempeñado un papel fundamental en el cambio de consumo, al proporcionar a las marcas un sistema para llegar a audiencias específicas de manera precisa y medible. A través de Google Ads, Facebook Ads y otros, las empresas pueden dirigir estratégicamente sus mensajes a segmentos de mercado específicos según criterios demográficos, geográficos e incluso comportamentales. De acuerdo a las proyecciones de Statista, para 2024 el gasto en ADS en redes sociales en Chile será de más de US$335 millones.
El resultado de esta verdadera revolución tecnológica, es una experiencia de consumo más personalizada, donde los usuarios pueden acceder a productos y servicios que se alinean estrechamente con sus intereses y necesidades. Además, la capacidad de medir el rendimiento de los anuncios en tiempo real, ha permitido a las marcas optimizar continuamente sus campañas para maximizar el retorno de la inversión.
Es evidente que el marketing digital y el comportamiento del consumidor seguirán evolucionando a un ritmo acelerado en los próximos años. Las redes sociales y los anuncios de pago han abierto nuevas posibilidades para las marcas de conectar con sus clientes, mientras que el consumo online ha cambiado las reglas del juego. Para prosperar en el futuro, las marcas deberán aplicar creatividad, innovación y una comprensión profunda del comportamiento del consumidor en la era digital.