El doctor Marcelo Gotelli, psiquiatra y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, y miembro de la Alianza Chilena contra la Depresión, explica que este período de florecimiento y nacimiento exuberante puede contrastar con un «despertar» no sincrónico por parte de las personas. “Esta desincronización de lo exterior con lo interior (discronobiología) está a la base de patologías de salud mental”, dice.
Según plantea el académico, un entorno primaveral (vida exterior) que cambia rápidamente no siempre va seguido de un cambio sintónico de nuestro organismo y nuestra vida interna. “Esta diferencia puede generar mucho estrés. Además, esta brecha entre lo que se vive interiormente y lo que ocurre fuera puede aumentar la desesperanza si la persona está con pensamientos negativos”, asegura.
Paralelamente, la primavera en muchas culturas coincide con periodos de fiestas, y es frecuente que se incremente el consumo de alcohol y drogas, aumentando las vulnerabilidades en salud mental.
¿Qué problemas de salud mental pueden aparecer o se intensifican? “Los problemas de salud mental que más se relacionan a la primavera son los trastornos anímicos y los problemas relacionados al consumo de alcohol y drogas. Éstos son depresión, trastorno bipolar y ciclotimias en general. Nos podemos informar acerca de estas enfermedades del ánimo en www.achiduach.cl o en www.sochitab.cl”, comenta el académico UACh.
Añade que “en aquellas personas en que la primavera les afecta negativamente, he observado que hay veces en que cargan con la idea de la semilla salvadora, aquélla que trae la esperanza de salvación de las calamidades humanas que vive su familia o la sociedad, la llevan cargando a niveles inhumanos, y termina haciéndoles muy mal. Tienen en su interior un ideal salvador una primavera que no se da, que no está al alcance, exigiéndose demasiado y experimentando gran frustración”.
En su opinión profesional, “vivir humanamente cada estación, y cada primavera es muy importante, cuidar las hermosas semillas que ya somos y permitirnos emerger a nuestro propio ritmo es crucial. Cada una de las personas somos únicas, irrepetibles e invaluables, y aunque en estos períodos de primavera esté implícito una especie de ‘llamado ambiental de resurgir a la vida’ que a la mayoría nos contagia y encanta, debemos aceptar que puede ser que no necesariamente floreceremos cada año, porque puede ser que estemos mal, y a veces muy mal, y aunque queramos hacernos de la primavera y sus bondades, podemos sentir que no podemos y que necesitemos de otras ayudas más allá de lo que la estación nos pueda ofrecer”.
Para el académico, “la fuerza de lo humano y la fuerza de la vida, se rebelan a la muerte del invierno. Si lo vemos así, en este periodo, aunque tradicionalmente no es calendarizado como un nuevo año, sí es un nuevo ciclo, con balances e intensidades acerca de un futuro mejor, en el cual afloran fuerzas humanas renovadoras. Pero esto no siempre sucede, porque podemos estar mal, y si estas fuerzas están demasiado apagadas puede aumentar la impotencia de lograr lo que se espera, y pueden producirse colapsos, otras veces con el entusiasmo que se produce en el ambiente también puede aumentar la desesperación para lograr lo que tiene sentido y puede favorecer explosiones o rupturas o violencias entremezcladas con pasiones cargadas de sentido humano y que se pueden acentuar para dar a luz lo que cada uno cree será la flor más bellamente humana”.
Para el doctor Gotelli, como persona no queda más que aceptar la primavera como parte de la vida, “pero también intentar comprenderla para poder favorecer que cada uno de nosotros seamos la flor que somos y no reventemos en esfuerzos pidiéndole peras al olmo”.
Recomendaciones para afrontar la nueva estación
El especialista menciona que en los cambios de estación hay que estar atentos a los cambios de ánimo, especialmente si se asocian a cambios en la calidad de sueño.
En cuanto a la prevención, una vida con tiempos equilibrados de ocio (8 hrs.), de trabajo (8 hrs.) y sueño adecuado (8 hrs.) ayudan significativamente a prevenir.
También es importante pasar tiempo al aire libre, moviéndose o haciendo algún ejercicio, además de una alimentación equilibrada que contenga todos los nutrientes, evitando azúcares, harinas refinadas y frituras, prefiriendo el consumo de frutas, verduras, legumbres y lácteos, acompañado de pequeñas cantidades de carnes, pescados y mariscos, pues ayudan a mantener una buena salud mental. Se sabe que los frutos secos y aceites de pescado son especialmente favorables para proteger la salud mental por su alto contenido en Omega 3.
Lo recomendable es dejar tiempos mejor delimitados para ambos estados mentales, vinculado con las preocupaciones y proyectos que vienen de la historia personal y el presente, pero a la vez conectado con las cosas simples y triviales de la vida que otorguen descanso y buenos momentos.
Por último, el doctor Gotelli propone el acto de cuidar a alguien, a una persona, mascota y/o planta, pues puede ayudar mucho a la salud mental y al mismo tiempo recordarnos lo importante que es cuidarnos.
Trabajo en la UACh
Durante varios años, por iniciativa del Dr. Tomas Baader, junto a la Alianza Chilena Contra la Depresión, se han realizado encuestas de seguimiento en variables de salud mental en la Universidad Austral en Chile. “En este seguimiento se han encontrado altos indicadores de depresión, ansiedad y estrés, pero también hemos visto que el solo hecho de que los alumnos realicen las encuestas y reciban algunas directrices de cuidado les ha despertado la idea de generar cambios que en mediciones posteriores de seguimiento han demostrado efectos positivos. Entre estos cambios han surgido espontáneamente en los alumnos encuestados la inclusión de algún deporte, la búsqueda de ayuda, haber conversado las dificultades con amigos o iniciar actividades de autocuidado como puede ser ejercicios de relajación, yoga o mindfulness”, dice.
Cabe destacar que la UACh ha sido reconocida a nivel nacional por este tipo de iniciativas y está en curso un proyecto de abordaje de salud mental dentro de la universidad para potenciar mayormente esta área, en el cual la Alianza Chilena contra la Depresión espera contribuir durante 2024 y 2025, capacitando a profesores, funcionarios y alumnos, en prevención de depresión y conducta suicida, y promoción de salud mental.
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