Siete personas en situación de calle, pertenecientes al Centro de Día de la Fundación Don Bosco de Valparaíso, participaron en un curso teórico sobre manipulación e higiene de alimentos, organizado por la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso. La capacitación, liderada por los académicos Silvia Sepúlveda y Miguel Oliveri, y apoyada por estudiantes de cuarto año de la carrera, buscó proporcionar herramientas prácticas que favorezcan la reinserción laboral y social de los asistentes, brindándoles la oportunidad de desarrollar nuevas habilidades.
Además, los participantes fueron invitados a la segunda fase del curso, programada para enero de 2025, en la que recibirán una capacitación práctica, en el Laboratorio de Alimentos de la Facultad de Farmacia.
Pamela Estay, jefa de carrera de Nutrición y Dietética de la UV, valoró positivamente la iniciativa: «Me parece que esta actividad es excelente. Se pudo ver el compromiso de los participantes y su alegría al recibir los conocimientos. Es también un gran compromiso por parte de nuestra Escuela, por lo que felicito a los profesores Silvia Sepúlveda y Miguel Ángel Oliveri, quienes lideran esta iniciativa. Creo que es fundamental mantener este tipo de programas en el tiempo, ya que brindan a las personas herramientas en torno a la nutrición y una oportunidad real para surgir. Como mencionó su monitor, esto ayudará a que no se sientan segregados, sino que, por el contrario, sean parte de un proceso de aprendizaje mutuo, tanto para ellos como para nuestra Escuela».
En la misma línea, Gonzalo Torrejón, secretario ejecutivo del Centro de Estudiantes de Nutrición y Dietética UV, destacó la importancia del programa: “Este trabajo sigue la línea de vinculación con la comunidad que la Escuela promueve, invitando e integrando a las personas en estos talleres. Para nosotros, como estudiantes que estamos a punto de comenzar las prácticas profesionales, ha sido una experiencia sumamente enriquecedora. Les brindamos herramientas para desarrollarse tanto en el ámbito laboral como en áreas donde la información y el apoyo son cruciales. Además, se les entregó una Guía Práctica elaborada por los estudiantes, bajo la guía de los profesores del Laboratorio de Alimentos, un espacio donde es muy grato trabajar, y que se caracteriza por contar con docentes que nos apoyan de manera cercana y completa, lo que ha sido clave para nuestra formación”.
Silvia Sepúlveda, académica de la Escuela de Nutrición y coordinadora de Vinculación con el Medio de la carrera, relevó los aspectos fundamentales de la actividad: “Desde una perspectiva académica, esta capacitación corresponde a un resultado de aprendizaje de la asignatura de Planificación de Capacitación. Pero lo más relevante es la apertura que los estudiantes deben tener hacia la comunidad y cómo enfrentarán, en su futuro profesional, problemas tan delicados como los de una persona en situación de calle. Esto exige un trato y lenguaje distintos, además de una dosis de empatía. Esta experiencia es inédita en nuestra Escuela, y ofrece a los alumnos la ocasión de ver que las personas siempre pueden tener segundas oportunidades. La manipulación de alimentos es una herramienta que puede abrirles nuevas perspectivas laborales, ya que en muchos lugares donde se comercializan alimentos no se exige grandes requisitos, sino habilidades, y eso es lo que les hemos entregado. Los participantes recibieron un manual sobre manipulación de alimentos y una constancia de participación, y están invitados a un segundo curso, en enero de 2025, donde se ofrecerá una capacitación formal y práctica en nuestro Laboratorio de Alimentos”.
Por su parte, Carlos Aravena, director del Centro de Día de la Fundación Don Bosco de Valparaíso, subrayó el impacto de esta iniciativa: «El curso tiene un efecto profundo en las personas en situación de calle, muchas de las cuales ya poseen habilidades, pero este tipo de formación les proporciona herramientas concretas para interrumpir la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran. Lo más importante es que les abre una puerta hacia la reinserción social, permitiéndoles recuperar algo fundamental: sentirse personas de nuevo”.
Aravena también destacó la motivación del grupo capacitado: «Este es un grupo que quiere cambiar, que busca nuevas oportunidades. Aunque se trató de una invitación, fue muy bien recibida. El segundo día, dos participantes llegaron por sus propios medios a la universidad, lo que refleja el compromiso y el impacto de esta iniciativa en sus vidas. La mayoría de ellos tiene entre 26 y 45 años”.
El director explicó que la Fundación Don Bosco ha estado trabajando con personas en situación de calle durante doce años y recientemente se adjudicó nuevamente el proyecto, lo que les permitirá continuar por al menos doce meses más, con posibilidad de extenderse a 36.
“Este tipo de colaboraciones con la Universidad de Valparaíso nos da la oportunidad de realizar un trabajo a largo plazo. En el Centro atendemos a personas de cualquier parte del país, chilenos y extranjeros, mayores de 18 años, con o sin hijos; les damos la posibilidad de cubrir sus necesidades básicas, como ducha y lavado de ropa, por ejemplo, además de actividades recreativas y atención profesional. Diariamente acogemos a 40 personas”, añadió.
Entre los beneficiarios, Yaritza Neira (26) expresó su gratitud por la oportunidad: “Es la primera vez que vengo a la universidad. Me encanta todo lo relacionado con la cocina. Las clases fueron muy claras, los profesores muy simpáticos y explicaron muy bien los temas. Para haber sido solo dos jornadas, el curso fue completo y muy comprensible. Esta herramienta me va a ser muy útil”. Mientras que su compañero David Carrasco (45) destacó la relevancia de la iniciativa: “Para mí y para todos mis compañeros, es muy importante que la Universidad de Valparaíso nos brinde esta oportunidad, considerando la situación en la que nos encontramos. Este es solo el primer paso, y esperamos completar el siguiente curso para avanzar en el ámbito laboral. Tengo experiencia en varios oficios, y el área de la manipulación de alimentos me atrae mucho. Aunque es algo nuevo para mí, es fundamental aprender y certificarse en nuevas habilidades. Este tipo de iniciativas es importante, porque si queremos salir de la situación en la que estamos, esta es la oportunidad adecuada. Este curso es una herramienta laboral que podemos desarrollar y aplicarla más adelante, de todas maneras”.