POR LUCAS CHAPARRO
La Agrupación Literaria Regional “Alire” es un espacio de encuentro para escritores locales e internacionales, donde la experiencia, la edad o el género pasan a segundo plano ante la pasión por la literatura y la poesía. Fundada el 29 de junio de 1985 por la destacada profesora y poeta Dora Miranda Peña, quien actualmente preside la agrupación, “Alire” ha sido un motor fundamental en la promoción de la escritura en la Región de Valparaíso, manteniendo vivo su espíritu creativo por casi 40 años.
Entre sus obras destaca «El Método Kriss», un libro que entrecruza la resiliencia humana con la neuroplasticidad. Surgido de una odisea personal frente a la enfermedad, la obra propone un viaje al núcleo de los hábitos mentales que moldean nuestra salud. A través de preguntas incisivas (¿Por qué la enfermedad? ¿Qué ocurre cuando desafiamos los patrones de pensamiento heredados?), el texto transforma casos reales en un manual práctico. Su enfoque es demostrar que reprogramar creencias tóxicas no es solo posible, sino una herramienta concreta para escribir literalmente nuevos caminos de bienestar.
En esta entrevista, conversamos con la autora Katiuska García, de Limache, para conocer más sobre su obra, su inspiración y los mensajes que busca transmitir a través de su libro.
¿Qué te llevó a convertirte en escritora?
― Me autodenomino la “anti-escritora” porque, además de escribir, soy enfermera, madre y más. Sin embargo, exploré las bellas artes para expresar quién soy y lo que he vivido. Descubrí que escribir me fluye con naturalidad, como si estuviera conversando. Solo debía plasmarlo en papel.
¿Cuáles son tus principales influencias literarias?
― Mi enfoque está profundamente ligado a la psicología. Durante los 10 años que llevo en la medicina holística, he observado que la gran mayoría de los problemas de salud (prácticamente el 99.9%) tienen su origen en traumas no resueltos. Enfermedades como el cáncer o la fibromialgia, entre muchas otras, suelen estar relacionadas con heridas emocionales que no fueron abordadas a tiempo. Cuando comencé a tratar pacientes, mi hija, que solía estar presente, me decía: «Mamá, casi todas las personas lloran contigo». Esto me hizo darme cuenta de que muchas de ellas nunca habían sido realmente escuchadas. En su mayoría, mis pacientes son mujeres, ya que son quienes buscan ayuda con mayor frecuencia. Las mujeres llevamos la mayor carga en la sociedad, una mochila pesada de responsabilidades que, muchas veces, nos afecta profundamente.
¿Qué te inspiró a escribir este libro?
― Mi hermano, un entrenador físico saludable de 43 años, desarrolló linfoma de Hodgkin, un cáncer común en hombres jóvenes. Esto refleja cómo la sociedad reprime a los hombres desde niños: se les niega llorar o expresarse, lo que genera estrés, ansiedad y enfermedades. Es un ciclo que se repite: al niño se le dice «los hombres no lloran», y de adulto carece de herramientas emocionales.
¿Cómo describirías el libro a alguien que nunca ha oído hablar de él? ¿Puedes contarnos algo sobre el tema central del libro?
― Es un manual práctico basado en reprogramación neurolingüística, pero estructurado en «qué hacer» y «qué no hacer». No es filosófico: se centra en acciones concretas, inspiradas en mi experiencia terapéutica y humana. Aunque surge de casos graves como el cáncer, aplica a cualquier persona con estrés, ansiedad o baja autoestima. Invita a cuestionar pensamientos normalizados, como creer que la autocrítica destructiva es aceptable.
¿Cómo ha sido la respuesta de los lectores hasta ahora?
― Súper positiva.Es un libro breve —se lee en dos horas—, pero transformador. Algunos compran copias extras para regalar, y otros regresan al día siguiente para felicitarme. Les gusta su enfoque directo: evita tecnicismos y va al punto con estrategias claras.
¿Qué consejo le darías a otros escritores que están comenzando su carrera?
― ¡Háganlo ya! La vida es impredecible: conocí a un escritor que murió un día antes de presentar su libro. No posterguen su voz. Si necesitan ayuda, en Villa Alemana tenemos un taller literario sin fines de lucro (de marzo a diciembre), dirigido por una profesora con 40 años de experiencia. Por apenas mil pesos al mes —¡para el café y las galletas!—, te guían en técnicas, correcciones y estructura. Yo no las uso: escribo libremente, pero el apoyo existe para quien lo necesite.