La Orquesta Juvenil de Guitarras de Viña del Mar presenta una propuesta musical innovadora en la región. Se trata de un ensamble de 17 guitarras que fusiona lo docto y lo popular en arreglos a cinco voces: soprano, alto, tenor, bajo y contrabajo.
Esta distribución única explora un amplio espectro sonoro, maximizando el potencial expresivo de la guitarra a través de técnicas que transitan entre lo clásico y lo popular, y ofreciendo al público una experiencia auditiva vibrante y emotiva.
Su proceso pedagógico, cuidadosamente diseñado, integra la entrega de particellas, audios y videos para que cada estudiante perfeccione su parte antes de participar en clases individuales o grupales. Una vez consolidada la técnica, los ensayos generales permiten pulir matices, dinámicas y articulaciones, dando lugar a interpretaciones llenas de fraseos musicales. En este contexto, la orquesta abre sus puertas a niños, niñas y jóvenes que deseen ser parte de esta apasionante aventura sonora.
La Orquesta Juvenil de Guitarras de Viña del Mar, dirigida por Eduardo Manterola, se presentará este viernes 14 de marzo a las 18:30 horas en la Sala Viña del Mar. El concierto ofrecerá un recorrido por la música docta y popular, con interpretaciones de Violeta Parra, Víctor Jara y Patricio Manns, junto a piezas clásicas de Bach, Arensky y Offenbach. El repertorio incluirá obras icónicas como Cóndor Pasa, Por una Cabeza y Tico Tico no Fubá, además de la apertura de Shingeki no Kyojin, resaltando la identidad latinoamericana con Danza di Calaluna de Inti-Illimani.
¿Cómo nació la idea de formar la Orquesta Juvenil de Guitarras de Viña del Mar y cuál fue el impulso inicial?
― La Orquesta Juvenil de Guitarras surge como una continuidad del proyecto Orquesta Consort de Guitarras, desarrollado en la Escuela Popular de Artes (EPA). Cuando la escuela cerró, tanto los estudiantes como la orquesta se quedaron sin un espacio de práctica. Para mantener el proyecto en marcha, comenzamos a ensayar en una sede ubicada en Villa Dulce, con el apoyo de estudiantes y apoderados, preparándonos para conciertos en la Universidad de Playa Ancha y la comuna de Santo Domingo. Finalmente, la Corporación Cultural de Viña del Mar nos escuchó y pasamos a formar parte de esta institución, así como de la Nueva Comunidad EPA, que mantiene vivo el legado de la Escuela Popular de Artes.
¿Cómo ha evolucionado la orquesta desde sus inicios en 2011 hasta la actualidad?
― La evolución ha sido significativa. En 2011, cuando aún era estudiante de la Orquesta Consort de la EPA, la idea inicial era formar un grupo de 15 integrantes, pero nunca logramos más de cuatro o cinco músicos, funcionando como un cuarteto o quinteto de guitarras. El repertorio, que combinaba música docta y popular, sigue siendo el mismo en esencia, pero ha crecido en complejidad y variedad. Actualmente, la orquesta cuenta con 17 integrantes y ha incorporado piezas de música docta, bandas sonoras de películas y repertorio de cultura asiática (anime), ampliando así su propuesta artística.
¿Cómo se estructura el proceso pedagógico que utiliza la orquesta? ¿De qué manera se adaptan las clases según las necesidades individuales de los jóvenes músicos?
― Cada voz de la orquesta (soprano, alto, tenor, bajo y contrabajo) tiene un jefe de fila, quien es el estudiante más destacado tanto en técnica como en liderazgo. Su función es apoyar a sus compañeros en pasajes complejos, organizando ensayos adicionales fuera del horario general. Estos ensayos pueden ser virtuales, a través de WhatsApp, o presenciales en casas particulares. En los ensayos generales, todos los músicos se reúnen para interpretar el repertorio, pero también realizamos sesiones por fila, donde trabajamos secciones específicas con mayor profundidad. Este método permite que el aprendizaje sea progresivo y colaborativo.
¿Qué impacto cree que tiene la formación musical en el desarrollo integral de los jóvenes participantes?
― El impacto es evidente en el desarrollo de habilidades blandas. La práctica orquestal es un trabajo en equipo donde cada músico debe aportar al conjunto. La responsabilidad y el respeto por los compañeros son aspectos que mejoran notablemente, ya que los estudiantes comprenden que su estudio individual es clave para la cohesión del grupo. También se fortalecen valores como la solidaridad y el compañerismo, pues los integrantes se apoyan mutuamente en el aprendizaje, incluso a través de videollamadas y mensajes. Desde un punto de vista técnico, han desarrollado mayor musicalidad y sensibilidad artística, logrando expresar de manera más clara sus apreciaciones musicales.
¿Cómo ha influido su propio recorrido musical en la forma en que impulsa y dirige a la orquesta?
― Siempre he priorizado una relación cercana con los estudiantes y sus familias. Creo que generar confianza es esencial para el aprendizaje y el disfrute de la música. A lo largo de mi formación, tuve profesores que fueron un gran ejemplo de cercanía y motivación, lo que me inspiró a seguir este camino. También he visto el otro extremo: docentes muy distantes, con una mentalidad elitista que genera más miedo que interés. Por eso, mi enfoque es fomentar el gusto por la música a través de un ambiente acogedor y estimulante.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a la comunidad y a potenciales nuevos integrantes sobre el valor de la música orquestal de guitarras?
― La guitarra es un instrumento versátil con múltiples formas de interpretación y un repertorio inmenso. En nuestra orquesta abordamos tanto la música docta como la popular, pasando de Bach a un vals peruano, siempre con una técnica bien trabajada. A quienes estén interesados en unirse, los invito a acercarse con curiosidad y ganas de explorar nuevas sonoridades. Formar parte de una agrupación como esta es una experiencia enriquecedora, donde se aprende no solo a tocar un instrumento, sino también a trabajar en conjunto y a desarrollar una apreciación musical más profunda.
¿Cuáles son sus expectativas y planes a futuro para la Orquesta Juvenil de Guitarras de Viña del Mar?
― Mi objetivo es ampliar la orquesta a 30 integrantes, diversificar aún más el repertorio y llevar nuestra música a distintos escenarios. Me encantaría que, una vez consolidado nuestro nivel técnico y musical, los estudiantes puedan disfrutar la experiencia de viajar y presentarse en diferentes regiones y comunas, mostrando el trabajo que han desarrollado con tanto esfuerzo y dedicación.