Alrededor del mundo cerca de 35 millones de niños, niñas y adolescentes, entre 5 y 18 años, practican deporte de forma regular, entrenan y compiten.
Sin embargo, las investigaciones académicas han dejado de lado a este grupo por centrarse en estudiar y combatir la obesidad y el sobrepeso a nivel escolar.
Por tal motivo, la doctora Johana Soto, de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), se refirió a las consideraciones nutricionales que se deben trabajar en niños y adolescentes deportistas, durante el «Primer seminario de la Red Universitaria de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte», organizado por esta entidad a la cual pertenece la UPLA, junto a otras universidades chilenas (USACH, UST, UVM, USEK, ULA).
Junto con referirse a la cantidad de carbohidratos, proteínas y vitaminas que este grupo de niños deportistas requiere para su crecimiento y para enfrentar la carga energética de sus disciplinas, realizó especial mención al consumo de bebidas deportivas y energéticas, así como a la prevención de alteraciones alimentarias.
Las bebidas deportivas son formuladas para prevenir la deshidratación, mediante el aporte de carbohidratos y electrolitos. “¿Realmente los niños, niñas y adolescentes que se entrenan requieren bebidas con carbohidratos? En pruebas de corta duración y si tienen una adecuada dieta, no requieren consumir estas bebidas. Si la dieta es balanceada y comen de todos los grupos alimentarios, no requieren bebidas carbonatadas. Lo que se recomienda es agua. Aquí están consumiendo, además, una gran cantidad de carbohidratos, por lo que estas bebidas pueden influir en sobrepeso y obesidad”, sostuvo la doctora Johana Soto.
Respecto de las bebidas energéticas, que son bebidas gasificadas que aportan energía a partir de carbohidratos pero no compensan la pérdida de agua y minerales debido a la actividad física, la académica expresó que “la evidencia sugiere evitar su ingesta, no debieran consumirla, no es segura para los niños. Se ha reportado que afecta su desarrollo neurológico su sistema cardiovascular, generan dependencia, adicción y, cuando los niños consumen cafeína en altas dosis pueden presentar jaquecas, fatiga, disminuye el estado de alerta, estarán más irritables, pueden presentar dolor muscular e incluso náuseas o vómitos. Se recomienda que los entrenadores no lleguen al entrenamiento con estas bebidas, porque los niños los miran como un ejemplo”.
Triada de la mujer atleta
Asimismo, la académica UPLA se detuvo en los trastornos alimentarios que presentan niñas y adolescentes deportistas, explicando que se ha demostrado que el efecto de los comentarios de entrenadores y jueces de competencia sobre el peso de las deportistas en etapa de desarrollo es tan contundente que es capaz de gatillar anorexia o bulimia, iniciando la triada de la mujer atleta en la infancia.
“Se ha estudiado por años la triada de la mujer atleta, que se inicia con pérdidas de grasa importantes, donde luego desaparece el ciclo menstrual, produciéndose una amenorrea secundaria, y termina en una pérdida de masa ósea a temprana edad. Por lo que todos los efectos positivos que tiene el deporte se ven mermados por la pérdida de masa ósea, debido a que las niñas están recibiendo constantemente información de que están sobre el peso, que no se ven bien, que tienen mucho porcentaje de grasa o que esa grasa les impide desplazarse más rápido. Por lo que les pido a los estudiantes en formación que, cuando tengan el rol de entrenador, eviten hacer estos comentarios. Muchas veces no nos damos cuenta que en esta posición podemos hacerle la vida más feliz a un niño, o podemos desarrollar patologías que los van a acompañar el resto de su vida”, precisó.