Llegó el verano y con ello las altas temperaturas, la práctica de deportes al aire libre, como playa, piscina, o campo. En cualquier caso, estamos expuestos a una pérdida de 2 a 2,5 litros de agua a través del sudor, la orina, la respiración y las deposiciones. Por ello es importante mantenerse hidratado durante el día y así reponer esa pérdida de líquidos corporales.
Camila Cofré Castro, nutricionista y académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), manifiesta que es fundamental hidratarse con al menos dos litros de agua al día, porque, tal como dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua es esencial debido a que ayuda a regular la temperatura corporal, mantiene la piel hidratada y elástica, lubrica las articulaciones y órganos y favorece una buena digestión.
Bebidas azucaradas
Sin embargo, hay que tener cuidado con qué nos hidratamos, pues el consumo de bebidas azucaradas aumenta el riesgo de obesidad y sobrepeso, mayor incidencia de diabetes tipo 2, genera riesgo de síndrome metabólico y resistencia a la insulina, y estimula la acumulación de grasa en el hígado. Por lo anterior, lo mejor es consumir agua pura.
Es más, la profesional recomienda el agua de bidón o bien utilizar un filtro purificador que se instala en la misma llave del lavaplatos, para evitar el sarro, que es un tipo de mineral que se acumula en el cuerpo y puede generar cálculos.
Agua purificada
“Lo más recomendable es ingerir agua purificada, pero si eso no es posible y las personas deben consumir agua potable, les sugiero que realicen una constante limpieza del hervidor, para así evitar la acumulación de sarro, el cual se va acumulando con el tiempo y podría provocar algún tipo de cálculo. Otra muy buena opción es instalar un filtro en la llave para eliminar las impurezas del agua. Sin duda, es una muy buena inversión”, dice Camila Cofré.
Pero ¿por qué es mejor consumir agua purificada? Porque es sometida a procesos de destilación que eliminan casi en su totalidad todo tipo de minerales, microorganismos y residuos, por lo cual, su consumo se recomienda para pacientes con problemas hepáticos, hipertensos y enfermos renales, porque está libre de sodio.
Agua alcalina
En relación al consumo de agua alcalina (aquella que ha sido sometida a un proceso de ionización), la profesional no la recomienda, pues tiene un pH (medida de acidez) mayor de 7, lo que no es beneficioso para la salud. Es más, la nutricionista asegura que nuestros órganos se encargan de que el cuerpo siempre se mantenga en un pH neutro, por lo que no se requiere nada adicional.
“No se recomiendan las dietas o las aguas alcalinas, porque el organismo necesita mantenerse en un PH neutro. No es beneficioso para la salud que nuestro organismo tenga un PH alcalino. No se recomienda. Por eso, siempre es importante mantener una dieta equilibrada (frutas, verduras, bajas en azúcares) y también ingerir agua suficiente, especialmente en verano, cuando las temperaturas aumentan y fácilmente una persona se puede deshidratar”, comenta la profesional.
Concluye que una adecuada hidratación se relaciona con un aumento en la capacidad de concentración y memoria; ayuda a regular la presión arterial y la circulación sanguínea, además permite transportar hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y oxígeno a las células, favoreciendo la generación de la energía necesaria para un buen funcionamiento del organismo.