Este lunes, delegaciones de Ucrania y Rusia negocian en Gomel (Bielorrusia) un posible alto al fuego en la guerra iniciada por Vladimir Putin, y en un día que según las autoridades ucranianas puede ser «clave».
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aceptó unas negociaciones «sin condiciones» para que ningún ciudadano ucraniano tenga ninguna duda de que él, «como presidente», intenta «detener la guerra».
El mandatario se ha mostrado pesimista, pero cree que las conversaciones son «una oportunidad, aunque pequeña», para la desescalada
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Mientras se desarrollan las negociaciones, Kiev resiste el avance ruso y los combates continúan en Járkov y otras ciudades.
El negociador ruso y consejero del Kremlin, Vladimir Medinski dijo que Moscú quiere «un acuerdo» que sea «en interés de las partes». El portavoz del Kremlin, Dmitri Peksov, no ha querido hablar de exigencias.
«En realidad, sugiero que esperemos a las conversaciones. Prefiero no anunciar ninguna exigencia. Las negociaciones deben llevarse a cabo en silencio», expresó.
Por su parte, la presidencia ucraniana asegura que la cuestión clave es «el alto el fuego y la retirada de las tropas rusas» de su territorio.
La delegación ucraniana, que llegó en helicóptero tras horas de retraso, incluye al ministro de Defensa, Oleksii Réznikov; al líder del partido en el gobierno, David Arakhamia; al asesor presidencial Mykhailo Podoliak; al jefe adjunto de la delegación ucraniana en el Grupo de Contacto Trilateral para la paz en el Donbás, Andriy Kostin; al diputado Rustem Umerov y al diplomático Mykola Tochytsky.
Del lado ruso acudieron al encuentro Medinski, asistente del presidente de Rusia; el viceministro de Exteriores Andréi Rudenko; un viceministro de Defensa y el presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma (Cámara Baja), Leonid Slutski.
Pese a que Bielorrusia es un firme aliado de Moscú, las negociaciones se están llevando a cabo en ese país. Ucrania había propuesto otros lugares.
(Fuente: Rtve).
(Foto: EFE).