Van 13 años de sequía en Chile, el período más prolongado de escasez hídrica en el país. Situación que ha generado un sinnúmero de problemáticas socio ambientales, económicas, alimentarias y sociales.
Este 17 de junio, en el marco del Día Mundial de la Sequía y la Desertificación, el académico e investigador de la UNAB, Guido Carvajal, académico de la Facultad de Ingeniería de la U. Andrés Bello, experto en la materia, explica si las aguas residuales son una opción viable para atenuar la “Mega Sequía”.
¿Son las aguas residuales una solución para la sequía en Chile? Recordemos que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) declaró que actualmente, el 50% de las 346 comunas posee escasez del vital elemento, por lo tanto, buscar mecanismos que ayuden a optimizar su uso y encontrar nuevas fuentes de agua, hoy resulta imperativo. La generación de aguas servidas es de solamente 40 m3/s lo cual representa menos de un 10% de la demanda total actual de agua con un caudal cercano a 490 m3/s, considerando los sectores, agrícola, minero, agua potable y saneamiento, industrial y pecuario. Esto hace necesario buscar alternativas adicionales para suplir esta demanda.
“El uso de las aguas residuales puede ser una de las soluciones que puede aportar a mitigar la sequía, sin embargo, por sí sola no solucionará la problemática. La razón principal tiene que ver con la oferta y demanda de agua que tenemos”, comenta Carvajal.
“Se debe considerar soluciones integradas que disminuyan la demanda y/o aumenten la oferta de recursos hídricos, incluyendo alternativas basadas en infraestructura, incluyendo desalación, reciclaje de agua, recarga artificial de acuíferos, trasvase entre cuencas; en gestión, con alternativas tales como, tecnificación del riego, acuerdos de distribución de aguas, fiscalización y control, y buenas prácticas; y en la naturaleza, con opciones como, re-vegetación, recarga natural de acuíferos, construcción de humedales artificiales, prácticas agrícolas sostenibles, entre otras”, son parte de las ideas que plantea el experto.
En este contexto, Chile debe contar con una normativa que incorpore nuevas fuentes de recursos hídricos, incluyendo el reciclaje de aguas servidas tratadas, con un desarrollo acorde a los países OCDE y con el avance internacional en esta materia.
En nuestro país, el progreso en esta área es aún limitado, contando únicamente con la ley 21.075 de reutilización de aguas grises. Sobre este punto, Guido Carvajal declara que “es necesario trabajar en una política hídrica que considere el reúso de aguas como una alternativa a los problemas de escasez hídrica del país, que resuelva brechas de tipo jurídico, ambientales, económicas y sociales. Se debe avanzar en un marco regulatorio desde el punto de vista de calidad y riesgo para la salud y el medio ambiente, considerando los diversos usos que puede tener el agua reciclada.
Entre los puntos a evaluar se deben considerar los mejores procesos de tratamiento que permitan remover diversos tipos de contaminantes, entre ellos los patógenos y contaminantes emergentes presentes en aguas servidas tratadas”.
Cómo podemos aportar desde la casa
Las aguas residuales generadas en el hogar, ya sean aguas negras o grises, requieren un tratamiento para poder ser utilizadas sin generar riesgos para la salud de la población.
No obstante, el experto asegura que se requieren grandes labores estructurales para lograr ocupar estas aguas residuales a gran escala, pues, se podría considerar como ejemplo, proyectos como los condominios residenciales de Sídney Olympic Park, en Sídney Australia, los cuales cuentan con sistemas duales de abastecimiento de agua con agua potable y reciclada.
Otra alternativa, un poco más avanzada o quizás considerada radical, sería reciclar agua servida tratada con procedimientos avanzados a través de las redes existentes de agua potable, lo que se conoce como reciclaje de agua potable, concepto que ya se utiliza en países como Estados Unidos, Namibia, Australia o Singapur.
“A nivel de hogares en Chile es difícil que se utilicen en el corto o mediano plazo tales sistemas duales en construcciones existentes, debido a que se necesitaría infraestructura adicional tanto a nivel de redes de distribución, como dentro de los hogares”, finaliza el académico de la UNAB.