La iniciativa de la USM está inserta en un nuevo laboratorio que aumenta la rapidez en la impresión de las piezas en casi 40 veces.
Una novedosa iniciativa que combina innovación, tecnología y cuidado del medioambiente se desarrolla en la Universidad Técnica Federico Santa María. Se trata del nuevo Eco-Fab-Lab, espacio donde se crearán una gran variedad de productos a partir de tapas plásticas recicladas tanto para uso interno como para la industria.
Así lo dio a conocer Udo Rheinschmidt, profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica (DIMEC) de la institución, quien explicó que el nuevo laboratorio tiene como principal característica la rapidez en la fabricación aditiva de piezas mediante impresión 3D y la posibilidad de desarrollar artefactos de grandes dimensiones.
El profesor cuenta que el espacio cuenta con un scanner 3D para realizar una copiadora 3D y la posibilidad a futuro de unir los cabezales de impresión 3D a robots industriales que existen en el laboratorio CIMA de la universidad, donde se pueden imprimir volúmenes hasta 5 metros de diámetro.
Además, el espacio está compuesto por un brazo robótico cobot UR5 de 850 milímetros de radio para lograr grandes volúmenes y un flujo de 2 kilogramos de plástico por hora; un brazo compensador marca 3ARM, cuyo propósito es alivianar el peso del cabezal por donde se extruye el plástico que alcanza los 12 kilos, ya que el brazo robótico solo soporta 5 kilos; y una trituradora para moler las tapas plásticas.
Reciclaje
Según comentó Rheinschmidt la idea de formar el Eco-Fab-Lab surgió hace un par de años “debido a la lentitud con la que trabajan las impresoras 3D convencionales que para imprimir una pieza pueden demorar días. Para hacer una comparación, una impresora 3D convencional pueden extruir de 0,05 a 0,1 kilogramos por hora, en tanto la nuestra llega a 2 kilogramos por hora, es decir, un factor de hasta 40 veces más rápido”.
Pero no todo se trata de tecnología en el Eco-Fab-Lab. El proyecto tiene una parte muy importante que es el reciclaje para el cuidado del medioambiente, el cual entregará la materia prima para la creación de los productos. Esta recolección se hace a través de distintos contenedores en la USM. “Los residuos plásticos son un recurso valioso, por lo que queremos reutilizarlos y transformarlos en algo útil”, detalló el profesor.
Cabe señalar que la mayoría de las personas que trabajan con el concepto de la industria circular de plástico usan solo un 30% de reciclaje y 70% de pellets comprados, mientras que el ingeniero y profesor del DIMEC se propuso como meta de trabajar con 100% de reciclaje.