Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha dependido para su supervivencia de actividades que para esos albores pudiéramos llamar un remedo de oficio o trabajo, como pueden serlo la caza, la pesca, la recolección, construcción de refugios, la defensa frente a acciones agresivas de otros grupos o tribus y algunas más; actividades que con el desarrollo humano fueron alcanzando en las diferentes épocas una mayor complejidad y especificidad, alcanzando con toda propiedad el reconocimiento de estos haceres como un oficio o trabajo, hasta llegar al siglo XXI donde alcanza su mayor plenitud y diversidad.
Tenemos pues, que el trabajo ha sido y es de la mayor importancia para la humanidad, pues es la condición necesaria y fundamental para la vida humana; constituyendo la fuente de los bienes y servicios que satisfacen sus necesidades, además de ser el motor que ha permitido la creación de grandes civilizaciones, las que podemos reconocer a lo largo de la historia.
No obstante, el humano no es solo trabajo -sustento vital necesario- pues existen otras dimensiones en éste, que son posibilitadas por esta actividad llamada trabajo, como son la vida en familia, la educación, la socialización, la recreación entre otras.
También y como es reconocido por diversas disciplinas del ámbito de las humanidades -la sociología por ejemplo- el trabajo tiene tras de sí un profundo trasfondo, que tiene que ver con creencias, costumbres, ideologías y políticas, que se ven reflejadas en cómo se realiza esta actividad, la que de alguna manera está predeterminada por una compleja trama social de la cual no se puede escapar; dado que el tripalium -trabajo en latin- en cuanto proceso, no solo se modifica a sí mismo en forma permanente, sino que también cambia y modifica a la persona que lo realiza.
Si revisamos los diferentes hitos que se visualizan en el desarrollo de la humanidad, tenemos que reconocer que la revolución industrial constituye el hito de los hitos, que en esta línea de tiempo destaca por sus grandes efectos en el devenir de la humanidad, donde el trabajo y quien lo realiza fueron los más afectados, considerando que la forma de su realización sufrió cambios definitivos y fundamentales que trastocaron en forma directa la vida del trabajador que tuvo que adaptarse a estos cambios.
Donde antes existía un trabajador que tenía una gran valoración por sus habilidades físicas y manuales, en un trabajo que podría considerarse detallista y complejo; poco a poco y debido al cambio en los procesos de producción, se instaló en adelante el reemplazo de lo físico y de la manualidad, por el uso de máquinas que fueron capaces de reducir los costos de producción -unos pocos producían más-.
Por tanto, la revolución industrial surge, teniendo como causa principal el elevado costo de la mano de obra en relación al costo de la energía y del capital; lo que determinó la adopción de nuevas tecnologías que ahorraban en trabajo, haciendo más rentable la inversión en innovación tecnológica.
Instalados en una mirada con centro en nuestro tiempo, es posible apreciar que la evolución del trabajo ha pasado por dos grandes revoluciones; la ya mencionada revolución industrial que deja atrás un largo periplo de muchos siglos en que las potencialidades físicas y manuales del ser humano fueron vitales y necesarias, para posteriormente con la revolución industrial dar paso preferentemente a las habilidades cognitivas, momento en que se perdieron muchos puestos de trabajo, pero que permitió la creación de otros, donde el conocimiento ocuparía el primer plano.
Luego, posterior a la revolución industrial, surge la llamada segunda revolución que le sigue, la que tiene que ver con el extraordinario avance de la tecnología, que consiste en el paso de las habilidades cognitivas del ser humano, a la superación de éstas por el surgimiento de la inteligencia artificial; etapa que estamos viviendo en el momento presente, lo que constituye un gravísimo problema, pues los países del mundo aún no están en condiciones de asegurar la manera de abordarlo, considerando la afectación de los puestos de trabajo.
Como aún no hay una respuesta consensuada para esta difícil realidad, por mientras en un afán de necesaria resiliencia, cada persona deberá desarrollar sus capacidades para reinventarse, tomando como norma la capacitación y el aprendizaje permanente como única manera de no quedar excluido del actual mercado laboral.
Como podemos entender el mundo del trabajo ha cambiado, pues el mundo ha cambiado definitivamente; ya que para ser exitoso en la vida laboral, se requiere de muchas y nuevas habilidades tales como: dominio de idiomas, formación permanente verificable, habilidades interpersonales, experiencia laboral de varios años; lo que nos está indicando que las fórmulas mágicas no existen, pues nada nos asegura el éxito y la estabilidad en nuestros trabajos, pues la rotación se ha instalado como una manera de encontrar un mejor empleo y mejor remuneración, la que aun encontrándola no existe la certeza de poder mantenerla, dadas las condiciones de permanente cambio en la sociedad en general y por ende en los trabajos en particular.
Como vemos los trabajos han cambiado ¿pero nosotros hemos cambiado? definitivamente que sí, pues la desaparición de tipos o formas de trabajo y su reemplazo por otras, ligadas a las nuevas herramientas que entrega la tecnología, como por ejemplo la internet, redes sociales, el uso de ordenadores y celulares inteligentes, se han instalado con autoridad máxima sin que nadie las haya autorizado para ello.
Esta es la nueva realidad del día a día, la que, al cambiar nuestras formas de relacionamiento social termina por cambiar no sólo nuestro momento actual, sino que también el devenir de un futuro anclado en estas nuevas formas de ser y de convivir con nuestro entorno social, cultural y natural.
Muchos oficios que existieron por siglos ya no existen, por no estar acordes a los nuevos tiempos cayendo por lo tanto en la obsolescencia, entre los cuales podemos nombrar al lechero, el hielero, el pregonero, el frenólogo, los mecanógrafos, el sereno y tantos más que se podrían nombrar.
Entre estos trabajos no se puede dejar de nombrar a uno de los más antiguos, la prostitución, que se ha practicado desde los orígenes mismos de la civilización; siendo quizás una de las profesiones que a pesar de la tecnología y de los cambios socioculturales, sigue manteniéndose vigente hasta el día de hoy. El porqué de la persistencia de esta profesión en el tiempo, es un asunto interesante de investigar, acerca del cual no me corresponde aventurar una respuesta; la que debería ser asumida por diversas disciplinas como la sociología, psicología personal y psicología social.
Algunos de los trabajos actuales no existían hace dos décadas, de los cuales se pueden nombrar: especialistas en marketing de influencers, desarrollador de aplicaciones móviles, analista de datos, especialista en ciberseguridad, desarrollador de realidad virtual, especialista en comercio electrónico, ingeniero de robótica, gestor de redes sociales y muchas otras que irán creándose, teniendo en consideración la instalación de la inteligencia artificial (I.A) a nivel global y local.
Por último, se puede afirmar, pues es algo evidente, que algunas de las causas que han llevado al cambio en la forma en que se realizan los trabajos, las encontramos en el fenómeno de la globalización, intenso desarrollo de la tecnología, cambios demográficos, mayor conciencia ambiental y social, que supere los estragos dejados por la revolución industrial, donde algunos de los países llamados desarrollados, en un corto tiempo se gastaron todo el capital que la naturaleza pone a disposición, impidiendo de esta manera asegurar el normal desarrollo de las generaciones posteriores, efectos que se mantienen sin variación y que mantienen a la humanidad a punto de sufrir un shock definitivo. “No olvidemos que el planeta Tierra no necesita de nosotros, pero nosotros sí necesitamos del planeta Tierra.”