La obra trata sobre un grupo de amigos artistas que, buscando escapar de la rutina urbana, deciden pasar un fin de semana en la naturaleza, disfrutar de los coloridos paisajes y el aire puro del bosque. Lo que comienza como una experiencia liberadora pronto se convierte en una pesadilla. Un incendio forestal arrasa el lugar, obligándolos a enfrentar las dolorosas consecuencias de la tragedia.
La dramaturgia fue escrita por Anja Hilling y la puesta en escena es dirigida por Rodrigo Aro, para quien dirigir este taller “ha sido una experiencia extraordinaria y muy gratificante. El trabajo realizado con la obra ha sido de excelente calidad, con una notable exploración e investigación por parte de los estudiantes”.
“Agradezco la oportunidad de liderar un curso que se adentra en lo desconocido, sin certezas claras sobre el resultado final. Esto transforma todo el proceso en un ejercicio de confianza mutua, donde tanto los estudiantes como yo hemos aprendido a confiar en nuestras capacidades y en el proceso creativo. La incertidumbre se convierte en una fuente de inspiración y crecimiento, permitiéndonos descubrir nuevas perspectivas y formas de expresión artística”, añade.
“La elección de esta dramaturgia se debió a varios factores. En marzo, cuando comenzó el proceso, aún estábamos muy sensibles y afectados por los hechos recientes en la región. Este texto, que trata sobre un incendio forestal, nos remeció profundamente, y tomamos la decisión de llevarlo a escena. La obra está cargada de una poesía muy interesante y propone ciertos procedimientos desde la dramaturgia que estimularon nuestra imaginación para crear una obra en tres actos diferentes, cada uno respondiendo a diversas estéticas. Los grandes conceptos que guiaron nuestro trabajo fueron la chispa, el fuego y la ceniza. Estos elementos nos permitieron explorar y expresar una amplia gama de emociones y temáticas, creando una experiencia teatral rica y conmovedora”, señala.
Para el director “presentar este trabajo frente al público general es un hito significativo. Este espacio, con su atmósfera íntima y acogedora, ofrece una oportunidad única para conectar profundamente con los espectadores. Poder mostrar el fruto de nuestro arduo trabajo, lleno de exploración e investigación, en un entorno tan especial, nos permite compartir la intensidad y la poética de la obra de una manera directa y cercana. Además, presentar en la Sala Negra subraya la importancia de la confianza mutua que hemos cultivado durante todo el proceso creativo, y nos enorgullece poder llevar esta experiencia transformadora a una audiencia más amplia”.
Proceso enriquecedor
La asistente de dirección Katalina Oyarzo comenta que “ha sido un proceso muy enriquecedor para todo el equipo. Estamos revisando procedimientos escénicos contemporáneos y a la vez trabajando actuaciones realistas. La mezcla de todo aquello nos permite montar la obra en su totalidad. Visitamos muchas obras, probamos escenas, hasta que nos quedamos con esta, que de alguna manera nos evoca al contexto de Valparaíso, la cercanía que tenemos con los incendios, tomando también distancia a través de una historia que nos posiciona en otro lugar. A partir de esta ficción podemos hacernos preguntas y ligar contextos”.
La estudiante Martina Ruiz señala que “es una obra que nos invitó a explorar distintos lenguajes escénicos, que incluso exceden el teatro, como el lenguaje narrativo, poético y multimedial. El concepto de propagación es fundamental, la obra originalmente tiene seis personajes y en nuestro curso somos diecisiete personas. En el primer acto, que es más realista, aparecen estos seis personajes. Luego, en un segundo acto, el fuego se propaga y aparecemos todos, hasta después volver a las cenizas en el tercer acto, el trauma de lo que quedó de los seis personajes iniciales”.
Su compañera Josefa Venegas cuenta que “el viaje que significa preparar un Taller de Título es muy hermoso. Destaco la unión con los compañeros, vernos en las distintas formas de interpretar, respondiendo a los requerimientos necesarios de la obra. Armamos tripletes para cada personaje, lo que significa que un mismo personaje es interpretado por una persona diferente en cada acto. Se puede ver la transmutación de la persona desde el acto I al acto III. Van a lograr identificar cada personaje triplicado y su transmutación a través de la escena”.
Mientras que Pez Cortés explica que “esta obra es una síntesis de los diferentes procesos que hemos pasado a lo largo de la Universidad. Detrás del proceso de montaje hay un gran equipo que lo vuelve muy profesional. En la sucesión de cada acto está muy claro el cambio de lenguaje, se pueden evidenciar las imágenes, situaciones desde el trauma, la tragedia, poder traducirlas a un lenguaje más poético. La obra invita a adentrarse a un imaginario lleno de sensaciones. Les esperamos”.