Por estos días la nueva variante ómicron pone en jaque a los países que observan con preocupación cómo a medida que siguen aumentando los contagios la presión a los sistemas sanitarios y un eventual colapso podrían terminar reviviendo los peores escenarios de la pandemia. Para evitar cualquier complicación, especialmente cuando algunas zonas están superando récords de contagios y previo a las festividades de fin de año, los gobiernos están rápidamente reactivando cuarentenas y restricciones sanitarias, incluso algunos han optado por la obligatoriedad de las vacunas o autorizar nuevas dosis de refuerzo.
Solo un mes atrás ómicron fue detectada en África y su velocidad de propagación impactó a la comunidad científica, ya que avanzó a un paso que le permite tener presencia actualmente en al menos 110 países. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en “cuestión de dos o tres días” la cepa dobla los contagios a su paso. De acuerdo al diario británico The Guardian, más de 5.400 vuelos a lo largo del mundo fueron cancelados durante el reciente fin de semana.
Fin de año en confinamiento
Países Bajos fue uno de los primeros en retomar una cuarentena. Hasta el 14 de enero, los ciudadanos del país estarán en un confinamiento estricto, en el que solo funcionan comercios esenciales -supermercados, farmacias, servicios de salud y bencineras-, por lo tanto, los gimnasios, restaurantes, peluquerías, colegios, universidades, estadios y mercados navideños están suspendidos. Además, las personas tienen prohibido invitar a más de dos personas por casa y reunirse en espacios al aire libre.
En una operación titánica, China ordenó un confinamiento estricto para los 13 millones de habitantes de la ciudad Xi’an. La “nueva realidad” permite que solo un miembro del hogar salga de casa por compras de primera necesidad cada dos días, las escuelas y universidades volvieron a clases online y se suspendieron toda clase de eventos sociales, incluso si algún ciudadano quiere salir de la urbe debe pedir una autorización a las autoridades comunales y un examen de COVID-19. Justamente, este fin de semana Xian notificó el número de contagios más alto en 21 meses, con 206 nuevos contagios y ayer un recuento diario de 158 infectados.
Según el diario The Wall Street Journal, es uno de los mayores bloqueos por pandemia de este año, porque no solo cerraron distritos como lo han venido haciendo en zonas específicas desde la clausura de Wuhan a inicios de la pandemia, sino que se da después de que de los 57 casos reportados a nivel nacional el martes, 52 estaban localizados en la urbe china. Hasta ahora, las autoridades locales avanzan con exámenes masivos y cuarentenas obligatorias para detectar nuevos casos y evitar una complicación que pueda empañar la cita de los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero.
El regreso de las restricciones sanitarias
“El coronavirus no se toma un descanso de Navidad”, defendió el canciller aléman Olaf Scholz antes de informar al país que desde el 28 de diciembre las reuniones sociales no podrán superar los 10 asistentes, así como el cierre de locales nocturnos y estadios. En una normativa similar, Portugal desde el 26 de diciembre y hasta el 9 de enero tendrá permitido únicamente trabajar desde el hogar y en Finlandia durante tres semanas todos los restaurantes deberán cerrar a las 18 horas.
De esta manera, varios son los que han cerrado la puerta a la Navidad y Año Nuevo. Grecia, Italia y Malta prohibieron a sus ciudadanos realizar cualquier tipo de fiesta pública o multitudinaria en la calle y ordenaron la restitución de la mascarilla como mecanismo de protección a la nueva variante del COVID-19.
Australia informó que todos los ciudadanos tienen la obligación de usar tapabocas en espacios interiores, mientras en España rige el mandato solo para el exterior, aun si no hay personas alrededor o se cumple el distanciamiento social. Después de un duro debate, Cataluña aprobó un toque de queda para el fin de semana navideño para evitar la circulación de personas entre la 1 de la madrugada y las 6 de la mañana.
En Reino Unido, la regla de estar a dos metros de distancia de otra persona regresó para quedarse al menos por toda la temporada de fiestas de fin de año. En Gales, solo grupos de máximo seis personas pueden reunirse en pubs, cines o restaurantes, mientras en Irlanda del Norte todos los clubes nocturnos cerraron el día después de Navidad para evitar aglomeraciones y se impusieron limites de aforo.
Esta semana, Australia introdujo una serie de restricciones por la pandemia, que incluyen el uso obligatorio de máscaras en interiores, límites de capacidad en espacios cerrados y controles de códigos QR para cubrir a la mayoría de la población. Las modificaciones para 17 millones de personas llegaron dos días antes de Navidad y son uno de los primeros retrocesos en las políticas sanitarias desde inicio de año y después de pasar casi dos años cerrada.
Dinamarca también optó por seguir los pasos de sus vecinos europeos y el jueves anunció un endurecimiento de medidas. Entre las nuevas normativas aparece un cambio del protocolo escolar, que de acuerdo al The Copenhagen Post surgió porque casi 2.500 de cada 100 mil niños en etapa escolar entre seis y 11 años se han contagiado, lo que representa el doble que cualquier grupo etario. De esta manera, desde el 5 de enero, cuando los menores vuelvan a clases, el personal y los padres deberán usar mascarillas, mientras los niños y los profesores de escuelas públicas tendrán la obligación de realizarse dos testeos semanales en un esfuerzo por evitar el avance de la nueva variante.
Desde ayer, los belgas tienen limitadas la mayoría de las actividades bajo techo. Según el diario The Guardian, las salas de concierto, cines y lugares de entretenimiento, como estadios deportivos, estarán cerrados por ómicron. Por lo tanto, solo una reducida lista estará permitida como visitas a museo, ejercitar, matrimonios o funerales
Cierre de fronteras
Hace cuatro semanas, y ante los primeros conocimientos de ómicron, una lista de países, entre ellos Reino Unido, Estados Unidos y Brasil, cerraron sus fronteras a todos los viajeros provenientes desde el sur africano: Sudáfrica, Botsuana, Esuatini, Lesoto, Namibia y Zimbabue. La medida desencadenó un reclamo de la OMS y Naciones Unidas, entidades que solicitaron el levantamiento de la orden ante la falta de evidencia científica que respaldara aislar al continente con la menor tasa de vacunación del mundo.
De acuerdo a cifras de Our World in Data, mientras en América del Sur un 75% de la población recibió al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19, en la Unión Europea es de un 72% y en África no supera el 14,4%.
El bloqueo a África permitió que otros países instauraran sus propios vetos a viajeros. Alemania y Francia prohibieron el arribo de personas desde Reino Unido debido a sus niveles de circulación de ómicron y Japón decretó el cierre a la llegada de todos los extranjeros. En tanto, el viernes, Marruecos extendió la suspensión de vuelos y pasajeros hasta el 31 de enero.
En el resto del mundo, algunos países como República Checa y Dinamarca actualizaron sus normativas para viajeros y desde esta semana exigen a los extranjeros un examen negativo. Uno de los últimos en sumarse a las políticas para viajeros fue Irán, que ayer vetó el ingreso a personas provenientes de Reino Unido, Francia, Noruega y Dinamarca por 15 días. Anteriormente, el gobierno iraní impuso restricciones a pasajeros de Sudáfrica y otros siete países africanos.
Contagios quiebran récords
Hace semanas que el gobierno británico observa con preocupación el avance de ómicron, y uno de los peores resultados llegó el miércoles, cuando no solo confirmaron el primer deceso de un contagiado por la nueva variante, sino que el mismo día registraron 106 mil nuevos casos, superando el peak de las olas de coronavirus anteriores y por primera vez por sobre la barrera de 100 mil.
Según el diario The Guardian, alrededor de 1,2 millones de personas se contagiaron la semana pasada, lo que corresponde a una de cada 45 personas, y en Londres la cifra sube a uno de cada 30 británicos. Por esto, las autoridades evalúan ordenar que equipos sanitarios realicen puerta a puerta para inocular a la mayor cantidad de personas antes de fin de año.
Australia también fue uno de los países en los que ómicron revive las peores cifras de la pandemia. Durante el jueves, el país informó 8.200 nuevos casos positivos, la mayor cifra diaria desde el inicio de la pandemia; el día anterior también se batió el récord con 5.600 infectados en 24 horas. En un complicado escenario aparece Corea del Sur, que alcanzó 6.919 casos y 109 decesos el miércoles, y 1.083 pacientes ingresados a un centro médico en estado crítico en un día, superando el récord de 1.063.
Por otra parte, un reporte de la cadena estadounidense CNN y la Universidad Johns Hopkins señaló que Estados Unidos superó el promedio de contagios de siete días más alto desde enero, con 184.802 nuevos casos por día, lo que superó el récord del 22 de enero.
Aún sin superar los récords pandémicos, otros países ven con alarma el alza de contagios. Por ejemplo, Dinamarca superó los 13 mil infectados con COVID-19 el martes, lo que representó un incremento del 106% respecto de las cifras de dos semanas atrás.
Francia observa con desazón cómo cada día están más cerca de superar el récord establecido en noviembre de 2020, cuando la segunda ola de coronavirus marcó su punto más álgido, con 87 mil casos en un día. Después que esta semana, el ministro de Salud francés, Olivier Véran, aseguró que pronto podrían superar los 100 mil nuevos casos en 24 horas, el sábado los franceses alcanzaron un récord de 104 mil casos en un día.
Vacunas: entre la obligación y dosis de refuerzos
Israel es el primer país del mundo en confirmar que comenzará a inmunizar a su población con la cuarta dosis contra la pandemia. Desde hoy, el Centro Médico Sheba, en Tel Aviv, administrará a 150 trabajadores sanitarios la inyección de refuerzo en un ensayo que esperan entregue nueva información sobre la eficacia del tratamiento. Posteriormente, la segunda dosis de refuerzo estará disponible para todos los mayores de 60 años y personal esencial, para luego seguir con el resto de la población.
Por el momento, el entrante ministro de Salud de Alemania, Karl Lauterbach, advirtió que los alemanes podrían necesitar una cuarta dosis de refuerzo por ómicron, ya que los pronósticos apuntan a un alza de casos para Año Nuevo y que la nueva variante se convierta en dominante en el país en las próximas tres semanas. El Instituto Robert Koch informó 10.100 nuevos contagios y 88 decesos en las últimas 24 horas. Para estar preparados, solicitaron 80 millones de dosis de la “vacuna específica de ómicron” para su entrega entre abril y mayo.
En un paso más allá, cada vez son más naciones las que vuelven la vacuna imprescindible. Ecuador dictó el jueves la obligatoriedad de la inoculación “debido al estado epidemiológico actual, el riesgo de las nuevas variantes, disponibilidad y acceso de vacunas, así como la evidencia científica actual”. Quienes no cumplan con el esquema completo no podrán ingresar a establecimientos no esenciales y los únicos que podrían rechazar la vacunación serían las personas con una “condición médica o contraindicación certificada”.
Además, algunos países han disminuido a tres meses el periodo establecido de distancia para recibir la tercera dosis de refuerzo para combatir ómicron. Entre ellos aparecen: Australia, Alemania, Reino Unido, Tailandia, Corea del Sur, Filipinas y Vietnam.
(Fuente: La Tercera).