Por Marcela Varas
Directora de Carrera Terapia Ocupacional UDLA Viña del Mar
El terapeuta ocupacional se caracteriza por abordar la prevención, promoción y rehabilitación con foco en las ocupaciones de las personas, con el propósito de motivarlas a ejercer el derecho a la participación, bienestar y goce de estilos de vida saludables, favoreciendo la inclusión, inserción y reinserción ocupacional a lo largo de su ciclo vital.
Especialmente hoy, a más de dos años de pandemia, nuestra profesión ha cobrado un especial protagonismo, pues si bien siempre nos hemos dedicado a la salud y bienestar de las personas en todas sus dimensiones, son las discapacidades las protagonistas de nuestro quehacer: aspectos mentales, cognitivos, emocionales, físicos y sociales, todos ellos tocados de alguna manera por el efecto de la emergencia sanitaria.
Como profesionales no solo hemos debido adaptarnos a los desafíos de la pandemia, sino que hemos debido adecuar nuestras intervenciones, asegurando el cumplimiento de los objetivos, mostrando así la versatilidad que caracteriza al área, el sello humano y ético que nos moviliza a un trabajo con personas con una historia de vida con pasado, presente y futuro, con roles e intereses, más allá de un paciente o diagnóstico asociado.
El desafío ahora es seguir adaptándonos a esta nueva realidad, motivando a nuestros usuarios a retomar actividades significativas, equilibradas y recuperar espacios sociales perdidos que favorezcan una vida sana integral; además de formar futuros terapeutas ocupacionales a la vanguardia de las necesidades sociales, con una mirada situada y crítica, preparados para los futuros espacios laborales que se visualiza, los van a necesitar.