Unos meses atrás publicamos, en conjunto con el medio digital Diario Inmobiliario, el caso del joven matrimonio que recibió su vivienda nueva con fallas estructurales, en el condominio Terrazas del Sol de Quilpué.
Según la kinesióloga Ana Díaz (33 años ) y su marido, el ingeniero eléctrico Carlos Ramos (36), adquirieron una casa por 2090 UF, de 75 metros cuadrados en dicho proyecto.
En ese entonces él trabajaba en Asmar (Astilleros y Maestranzas de la Armada) y mediante un convenio con la institución pudo conseguir un buen precio de venta.
“Adquirimos esta propiedad cuando tenía solo 25 años: fue nuestra primera vivienda. Teníamos toda la fe en estas casas cuando las elegimos. Tuvimos los primeros problemas con la fecha de entrega. Nos dijeron que estaría lista en marzo de 2014. Sin embargo, recién la entregaron en septiembre del mismo año. Eso nos trajo algunas complicaciones, ya que tuvimos que estar de allegados en la casa de un familiar”, contó Díaz.
¿La empresa constructora responsable?: Ramco.
Esta semana una nueva denuncia recibió La Región Hoy (LRH), con un tenor muy similar a la ya relatada: «Yo adquirí una casa en el condominio San Alfonso. Tuve bastante paciencia para esperar que me entregaran la propiedad, ya que la entrega se efectuó un año más tarde de lo estipulado. Llevo tres meses habitándola y tengo varios detalles en techos trizados, piso flotante, cerámicos quebrados que taparon con liquid para disimular la falla; además de una pandereta que rompió el personal de la misma constructora (la que aún no cambian); junto con la falta de divisiones en muebles de cocina».
¿Inmobliaria gestora de este proyecto?: Ramcom.
De regreso al primer caso, la pareja cuenta que al momento de la recepción tuvo algunos problemas menores. Uno de ellos es que los mandaron a buscar las llaves a otra oficina —no se las entregaron presencialmente—. No lo esperaban tratándose de su primera vivienda: pensaban que le harían una entrega como lo hace el resto de las inmobiliarias. No obstante, el inconveniente mayor es que detectaron que la unidad no estaba bien terminada: las manillas de las puertas estaban mal instaladas, puertas descuadradas, clósets mal puestos, ventanas mal construidas, entre otros.
Sin embargo, el escollo más importante fue el tema de las filtraciones que se presentaron al cabo de un año, durante el primer invierno de 2015. “Se nos empezó a meter el agua por las ventanas del segundo piso, y eso tiene una conexión con la ventana del primero. Se nos empezó a juntar el agua en el primer y segundo piso. En ese momento llamé a la constructora, y mandaron a unos maestros a reparar. Como se hinchó el piso flotante, lo sacaron. Como soy curiosa, quise ver cómo estaba el radier. No querían dejar verlo, porque me decían que la constructora les debía dar la autorización. Pero igual lo vi y me fijé que estaba fracturado. Terminé sacando todo el piso. La casa quedó desarmada completa. Estuvimos como un mes y medio así”, enfatizó Ana Díaz.
San Alfonso
Ricardo Luhr compró una casa en el proyecto San Alfonso de Limache. Desde que giró la llave de la puerta de su nueva propiedad denuncia que ha tenido «muchos problemas» debido a las graves fallas estructurales de su vivienda y el entorno.
“Partiendo por el portón de acceso: hasta hoy tiene inconvenientes en la apertura y el cierre. Es como si usted se comprara una casa y la puerta estuviera mala, pues así cualquier persona puede entrar. Después fue el cerco eléctrico, el trazado de las panderetas del sector norte del condominio… no era el trazado original. Vinieron de la SEC a ser las fiscalizaciones del cableado eléctrico, y resulta que este no cumple con lo que estaba declarado en los planos. La SEC levantó el requerimiento y la inmobiliaria no dio respuesta”.
Agregó que “un montón de vecinos ha puesto demandas en el Sernac, de modo que este organismo se ha pronunciado ‘un poco’ con la inmobiliaria, pero esta se ha mantenido en silencio. En rigor, han venido a hacer pequeñas cosas, pequeños arreglos, como para dejarnos más contentos. Nos entregaron un espacio que (la empresa) dice que eran un área verde, pero si viene para acá se mueren: es un peladero con cuatro matas que están todas secas, y no hicieron nada para resolver eso”.
Añadió Luhr que “tenemos problemas con los ductos eléctricos, estos quedaron en una cajonera, con un vacío. Estos ductos con el tiempo se van a sulfatar, de aquí a unos dos años más. Entonces hay serios problemas en la infraestructura, en la capacidad instalada del condominio entregado. Ni siquiera tenemos un letrero, que debiera ser lo mínimo que debiera tener un condominio… Un letrero que diga Condominio San Alfonso no está en el acceso. No existe. Nosotros pusimos un letrerito chico para que el delivery y el correo nos ubicaran”.
«Todo mal»
“Está todo mal», asevera este propietario, pues «la empresa Ramco o Ramcom, porque juegan con esos dos nombres, tiene este mismo problema en todos sus proyectos inmobiliarios: Terraza 1, Terraza 2, Condominio Puerta del Sol y el nuestro, San Alfonso. Hay vecinos que han quedado botados por esta inmobiliaria. Esta empresa sabe eludir estos temas legales. De vacíos legales. Se aprovechan de lo poco o nada que podemos hacer los vecinos por defender nuestra inversión. En ese condominio muchos de los vecinos, y me incluyo, hemos decidido hacer los arreglos con nuestros propios recursos”.
“Ni siquiera hemos visto cómo están las cañerías, pero conociendo cómo permanecen los ductos eléctricos… no tengo ninguna duda que el sistema de agua debe estar malo”, aludiendo al caso del proyecto Terrazas del Sol, donde Ana Díaz y Carlos Ramos tuvieron graves problemas de anegamiento.