El viejismo deportivo, o la discriminación por motivos de edad en el ámbito del deporte, continúa siendo una barrera significativa para muchos atletas. En una cultura obsesionada con la juventud, la participación competitiva de personas que desafían las normas sociales sobre la edad en el deporte se enfrenta a estereotipos y prejuicios que socavan sus logros y potencial. Sin embargo, eventos recientes, como los Juegos Olímpicos de París 2024, han demostrado que la edad no debería ser un impedimento para el rendimiento deportivo.
Un ejemplo claro es el caso de Simone Biles. A sus 27 años, y a pesar de haber tenido que retirarse temporalmente por problemas de salud mental, Biles sigue deslumbrando al mundo con su extraordinario talento y dedicación. Su presencia en una disciplina que históricamente ha favorecido a las atletas más jóvenes desafía las expectativas establecidas. Su éxito nos recuerda que la experiencia y la perseverancia son igualmente valiosas, y que el espíritu competitivo no tiene fecha de caducidad.
De manera similar, Tania Zeng, tenismesista de 58 años, ha causado un revuelo nacional en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023, y también en París 2024. Esta mujer mayor, de origen chino nacionalizada chilena, ha representado a Chile en un torneo internacional, ofreciendo una lección poderosa sobre la capacidad y el valor de los atletas mayores. Su participación subraya que el deporte no debería estar limitado por la edad y que, a pesar de los desafíos, la habilidad y el coraje son cualidades atemporales.
En una cultura que a menudo valora la juventud por encima de la experiencia, la participación competitiva de estas mujeres “mayores” actúa como una herramienta crucial para desafiar el viejismo y avanzar hacia una sociedad más inclusiva. La edad no debería ser una barrera, especialmente cuando se trata de practicar deporte, que es reconocido por sus beneficios para la salud psicológica y cognitiva. El deporte debe servir como un catalizador para la integración social, no como un medio para perpetuar la discriminación.
Decidamos rechazar el viejismo deportivo y apoyar el deporte para todas las edades. La inclusión y la igualdad deben ser los pilares fundamentales en nuestra sociedad, especialmente en el ámbito deportivo. Simone Biles y Tania Zeng ejemplifican que la verdadera fuerza reside en la diversidad y que el espíritu competitivo no tiene fecha de caducidad.