Los pronósticos que alertaban del complejo panorama que a partir de marzo iba a enfrentar la mayoría de las comunas de la Región de Valparaíso, y de otras zonas del país, como resultado del aumento sostenido de los contagios por COVID-19 durante las vacaciones de verano, se cumplieron totalmente.
Así lo demuestran los principales indicadores relacionados con la circulación y los efectos del virus en la comunidad, los que en la actualidad prácticamente se equiparan a los registros de fines de junio e inicios de julio pasados, que marcaron el peor momento de la pandemia a nivel nacional y local.
Según el último informe epidemiológico emitido por el Laboratorio de Biología Molecular del Centro de Investigación y Diagnóstico de Enfermedades Infecciosas (CIDEI) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, durante la semana comprendida entre el lunes 1 y el domingo 7 de marzo el número de casos activos volvió a experimentar una considerable alza (equivalente al 19,3%), de 2.620 a 3.126, al igual que la tasa de incidencia o cantidad de personas capaces de infectar a otras por cada cien mil habitantes, que subió de 133,7 a 159,5.
Estas cifras son las segundas más altas de toda la pandemia en la Región de Valparaíso, sólo superadas por las del 28 de junio de 2020, cuando se contabilizaron 3.363 casos activos y la incidencia fue de 171,8.
”Los datos actuales sobre casos activos e incidencia demuestran que la pandemia se encuentra descontrolada en esta región. Estas cifras obedecen específicamente al aumento de la movilidad y a las aglomeraciones ocurridas durante la segunda mitad de febrero. En efecto, y tal como lo señalan varios estudios realizados en Estados Unidos y otros países, los principales factores de riesgo para adquirir el SARS-CoV-2 son el ir a cenar a restaurantes e ir a bares o cafeterías, actividades donde frecuentemente hay retiro de mascarillas y no se respeta el distanciamiento seguro. Ni hablar de las fiestas clandestinas. Esto fue lo que ocurrió durante todo el verano y las consecuencias están a la vista”, afirma el médico infectólogo y director del Centro de Investigación y Diagnóstico de Enfermedades Infecciosas (CIDEI) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso Rodrigo Cruz.
Letalidad y positividad
El informe también da cuenta de otro indicador de importancia en esta materia: la tasa de letalidad o número de muertes por covid por cada cien mil enfermos.
“Si bien ésta es menor a la registrada durante el invierno pasado, sigue siendo preocupante. De hecho, la de Valparaíso es la región que presentan la segunda mayor letalidad (3,4%) después de la Metropolitana. Esto se debe al hecho de que ahora hay más enfermos graves jóvenes, que son los que menos se cuidan a diferencia de las personas de edad avanzada, que además se están vacunando. No por nada se tiene que en la actualidad los pacientes ingresados a UCI menores de 40 años han aumentado un 44%”, acota el médico infectólogo Rodrigo Cruz.
Y en cuanto a la positividad, el informe del CIDEI-UV (elaborado en base a 738 muestras para SARS-CoV-2, derivadas principalmente del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota) da cuenta que en la última semana el porcentaje de los test procesados por esa unidad que confirmaron la presencia de Covid-19, con respecto al total de exámenes de PCR practicados durante esos días fue de 11%, la cifra más alta de todo el verano y solo similar a las registradas en la zona a fines de septiembre.
“La positividad regional subió tres puntos respecto de la registrada en la semana inmediatamente anterior, indicador que ahora es casi cuatro veces mayor a la que se considera adecuada para mantener a raya la expansión de la enfermedad”, precisa el doctor Cruz.
Camino al abismo
Por todo esto, el director del Centro de Investigación y Diagnóstico de Enfermedades Infecciosas (CIDEI) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso hace un llamado especial a las autoridades.
“No nos hemos cansado de insistir en la necesidad de aumentar el testeo comunitario y mejorar la trazabilidad, cumplir con las medidas de prevención básicas (uso de mascarilla, distanciamiento físico y lavado frecuente de manos), evitar las aglomeraciones, favorecer el trabajo telemático, evitar el ingreso presencial de los estudiantes hasta que profesores, funcionarios y familiares de riesgo se encuentren vacunados. Sin embargo, dada las cifras que hoy tenemos, urge adaptar la estrategia y las medidas de mitigación actuales, incluso durante la vacunación masiva, porque no están teniendo la efectividad esperada. De otra forma, seguiremos caminando hacia el abismo”, asegura el médico infectólogo Rodrigo Cruz.
El informe epidemiológico del Centro de Investigación y Diagnóstico de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso es publicado cada lunes y complementa la información oficial entregada por el Ministerio de Salud.
(Foto: Agencia Uno).