En la actualidad, a nivel mundial, se producen cerca de 400 millones de toneladas de plásticos, de los cuales menos del 10% se recicla, mientras que un alto porcentaje se va directo al mar, ríos o lagos afectando los ecosistemas y a las personas, ya que se indica que al año un individuo puede llegar a ingerir 50 mil partículas de estas sustancias.
Debido a estas negativas cifras y para crear conciencia, todos los 5 de junio se conmemora en todo el planeta el Día del Medio Ambiente. Este año, el foco se concentra en los problemas que se generan por el plástico de un solo uso, como botellas, bolsas, protectores de embalajes, entre otros, principalmente porque por su durabilidad y resistencia es muy difícil de degradarse.
Por lo anterior, el llamado en esta fecha, que fue instaurada en 1972 por la Organización de las Naciones Unidas con el fin de fomentar la conciencia global por el cuidado del planeta, es a sumarse a la campaña de la ONU #SinContaminaciónPorPlásticos, que trata de acciones ciudadanas concretas que impulsa a los gobiernos y a las empresas a implementar medidas que puedan aportar a un mundo con menos plásticos, acelerando la economía circular.
En este sentido, se creó una guía práctica para ayudar a reducir los desechos donde se explica la magnitud del problema; cómo se puede solucionar la crisis; cómo afecta la contaminación por plásticos; de dónde provienen los residuos; además, de los progresos que existen a la fecha y qué queda por hacer.
Rol de las personas
En este marco, el jefe de carrera de Ingeniería en Fabricación y Diseño Industrial del Departamento de Diseño y Manufactura de la Universidad Técnica Federico Santa María, Santiago Geywitz, comentó que es fundamental “disminuir el consumo de plásticos y preferir aquellos productos que efectivamente sean biodegradables, además de educarnos sobre reciclaje y compostaje, según corresponda”.
Asimismo, se refirió a la Ley PUSU “Productos de un solo uso y de las botellas plásticas”, que fue publicada en agosto del 2021 y que se ha ido implementando en estos años.
Al respecto, y en virtud de la normativa, Santiago Geywitz, sostuvo que “cabe preguntarse ¿qué rol nos corresponde, consumidores o usuarios? Pueden parecer sinónimos, pero debemos esforzarnos en dejar de ser ‘consumidores’ y transformarnos en ‘usuarios’ entendiendo que la diferencia entre ambos se refiere a nuestro comportamiento ante todo tipo de productos, pues parte importante de la ley entrega herramientas para educación sobre reducción de consumo, y conceptos como desechable, reutilizable, reciclaje, compostaje entre otras cuestiones.
Agregó que “debemos involucrarnos y hacernos responsables del uso no sólo de los productos de esta ley, sino que en aquellos donde podamos, de modo que vayamos reconociendo efectivamente aquellas marcas, productos y materialidades, que sean de verdad ecoeficientes”.